Este lunes se termina el tiempo para buscar un sitio en la contienda por la presidencia de la FIFA. Los registros en la lista que será votada el 26 de febrero próximo presentan mayor actividad este día que en los meses anteriores, cuando Platini se delineaba como el candidato mejor posicionado.
El francés cumple con una suspensión de 90 días mientras se desarrolla una investigación que sigue de cerca un supuesto pago recibido de 2 millones de francos suizos por parte del organismo en 2011. Así lo determinó el Comité de Ética, autoridades que también se harán cargo de evaluar la integridad de los candidatos antes de las elecciones. Pero en su caso tendrán que esperar a la resolución oficial de la indagatoria, mientras los abogados intentan, aun sin éxito, que la suspensión sea invalidada.
Ante el riesgo de perder a un representante, de última hora la UEFA respalda la candidatura de Gianni Infantino, brazo derecho de Michel Platini. La Federación confirmó en un comunicado, en donde también aclaran que cuenta con las cinco nominaciones requeridas para hacerla oficial.
Un par de horas antes, el filo del cierre de registros, el jeque Salman bin Ibrahim Al Khalifa, presidente de la Confederación Asiática de Futbol, se sumó a la lista. Este personaje, miembro de la familia real de Baréin, había apoyado la candidatura de Platini anteriormente, pero ante las dudas, y al igual que el resto de los candidatos, reconoce la crisis del organismo y se apunta para poner a la organización “de nuevo en marcha para responder así a las peticiones de muchos actores del planeta fútbol”.
Un luchador en contra del apartheid también se involucra en la contienda. El sudafricano Tokyo Sexwale, quien fuera compañero de celda de Nelson Mandela, se lanza a la aventura de aspirar a la presidencia sin estar tan relacionado con el futbol a diferencia del resto de los candidatos. Preside la Comisión de Supervisión de la FIFA para Israel y Palestina, hoy toma el riesgo en una contienda opacada por las acusaciones de corrupción que rodean al máximo organismo.
“Envié a la FIFA mi carta de solicitud y ocho cartas de nominación el lunes por la noche”, expresó Jerome Champagne, quien trabajó durante 11 años en la FIFA e intentó competir con Blatter en la elección pasada sin conseguir los cinco apoyos necesarios. Pero en esta ocasión, el francés cuenta con un plan de acción detallado para terminar con la desigualdad de las federaciones en el organismo, incluye también una propuesta para recortar los puestos de Europa en la FIFA y el Mundial, poner a prueba el uso de repeticiones en video como ayuda para los árbitros. Y más importante, sugiere fijar un límite de 12 años en todos los cargos elector y contar con representación femenina en los organismos futbolísticos de todo el mundo.
Champagne no cuenta con el apoyo de la UEFA por criticar a Platini al considerarlo “hombre del sistema”, cuando el entonces presidente de la federación europea hizo públicas sus intenciones. “Es una oportunidad única de restaurar la FIFA y de continuar con lo que se ha hecho bien en 111 años”, sentenció.
El excapitán de la Selección de Trinidad y Tobago, David Nakhid, se sumó a la lista de aspirantes. Aunque prefirió revelar qué federaciones lo apoyaron para tomar esta decisión, considera que su fortaleza está en la propuesta de equilibrar a un organismo “dominado por Europa” y urgido de rectitud.
Nakhid tiene 51 años y es propietario de una academia de futbol en Líbano. Durante el anuncio aclaró que no representa ningún interés económico y su compromiso “es restaurar la confianza, primero con los abnegados trabajadores de la propia FIFA que mantienen a la organización funcionando, y con los socios entre las confederaciones”.
Este lunes, al igual que Gianni Infantino y el jeque Salman, el presidente de la Federación de Futbol de Liberia presentó su candidatura. “No participo en ninguna contienda que no pueda ganar”, aseguró. Musa Bility dice contar con el apoyo de al menos 25 de las 54 federaciones africanas.
Tras la dimisión de Joseph Blatter al destaparse el escándalo de la FIFA en mayo pasado, el vicepresidente de la FIFA por Asia, Ali bin al Hussein, volvió a postularse al cargo que perdió en la elección pasada contra el sueco. “No podemos cambiar el pasado pero la FIFA puede tener un futuro mejor. La crisis en la FIFA es una crisis de liderazgo. Yo creo en esta organización. Juntos la haremos grande de nuevo”, declaró al formalizar su candidatura.
Ahora es responsabilidad del Comité Electoral evaluar las candidaturas y presentar oficialmente a quienes buscarán presidir al máximo organismo del futbol, que ahora mismo vive su peor época al ser señalado por actos de corrupción. Una crisis de la que tampoco los ídolos del deporte salen bien librados.