José Manuel de la Torre fue incapaz de hacer creer a sus jugadores en un proyecto lleno de altibajos. De los torneos (sólo uno completo) que dirigió a Chivas durante su segunda etapa al frente del escuadrón rojiblanco, fue precisamente el Apertura 2015 el que acarreó los peores resultados y lo que determinó que pasara por la guillotina.
José Manuel llegó en el Apertura 2014 tras haber fracasado con la Selección Mexicana. En ese torneo, únicamente dirigió cinco partidos, de los que ganó uno, empató tres y perdió uno. Por rendimiento de 40% parecía que el proyecto encontraba por lo menos un poco de estabilidad de cara la la lucha por el no descenso, que sería encarnizada a partir del Clausura 2015.
El buen momento del Guadalajara pareció confirmarse durante ese campeonato. El rebaño ganó ocho juegos, empató siete y perdió seis para un rendimiento de casi el 50% contando la temporada regular, cuartos de final y semifinales. Los rojiblancos, con 26 puntos, aseguraron la salvación de la mano de un pastor que parecía entender a sus jugadores y maximizar su rendimiento. La liguilla fue un plus, en la que además eliminó al Atlas antes de caer contra Santos. Como extra, Chivas alcanzó la final de la Copa MX, en la que cayó con Puebla.
El panorama de unas Chivas que se renovaron para este torneo parecía prometedor. Aunque la amenaza del descenso seguía acechando en el horizonte, Chepo se mostraba confiado. Sin embargo, en esta ocasión los resultados no le acompañaron.
Tras ocho jornadas, Guadalajara sólo suma dos triunfos y un empate para una cosecha de siete unidades de 24 posibles. Por si eso fuera poco, los tapatíos ocupan el lugar 15 en ofensiva con 10 goles, un promedio de 1.25 goles por encuentro; a cambio, su defensa ha recibido 12 tantos para tener una diferencia de -2. La situación, a la que se suma el que Chivas ocupe el penúltimo lugar de la tabla de cocientes con 1.0789, sólo por encima del benjamín Dorados.
Con esos números y un rendimiento de apenas el 29.17% (menos de la tercera parte de los puntos), la situación de Chepo era insostenible. El hilo se cortó por lo más delgado y José Manuel sumó un nuevo fracaso en su carrera como técnico. El último beneficio de la duda, una goleada sobre Jaguares, probó ser más una circunstancia temporal que una mejoría tangible.
Las estadísticas justifican la decisión de los directivos rojiblancos. La pregunta es si se trata de una decisión correcta, especialmente porque se habla de un sustituto con cartel corto y poco conocimiento del balompié nacional: Matías Almeyda. El tiempo lo dirá.