Sudáfrica se defiende. El ministro de deportes sudafricano, Fikile Mbalula, afirmó que los 10 millones de dólares que entregó a la FIFA no fueron para comprar votos y ser elegido como sede mundialista de 2010, sino que fueron entregados de forma legítima.
“No fue un soborno y los fondos fueron debidamente entregados a una organización legítima”, sentenció, sin embargo, aseguró que se encuentran esperando más datos sobre la investigación que está desarrollando el FBI. A su vez, el director general del departamento de deportes y ocio, Alec Moemi, advirtió que existe “una diferencia clave entre un soborno y un apoyo legítimo para el proyecto”.
El ministro de deportes también se pronuncio sobre la dimisión de Joseph Blatter. “Era un buen amigo”.