El Stoke fue una aplanadora contra el Liverpool. Los Reds nunca habían perdido un partido por más de cuatro goles con Steven Gerrard en la cancha. Tampoco los habían encajado antes del descanso, ni en la historia de la Premier League.
De hecho, desde aquella derrota contra el Coventry en 1992, el Liverpool no perdía por cinco goles o más en el futbol inglés. Por otro lado, el Stoke no ganaba por cinco goles o más en la última jornada del futbol inglés desde que venció al West Ham 5-2 en 1982.