Los rumores en el fútbol mexicano no cesan, y esta vez el nombre de Adama Traoré resuena con fuerza en el ambiente del América. El potente extremo español, actual compañero de Raúl Jiménez en el Fulham, ha desatado una ola de especulaciones tras sus recientes declaraciones sobre México, aunque la realidad dista mucho de lo que los aficionados azulcremas desearían.
La conexión mexicana de Adama
La relación entre Traoré y México tiene un nombre propio: Raúl Jiménez. La amistad forjada primero en los Wolves y ahora en el Fulham ha llevado al explosivo atacante español a desarrollar un interés genuino por la cultura mexicana.
“Lo que más le propongo a Raúl es que me invite a México. Le he dicho muchas veces: invítame a comer tacos, a ver un partido, un combate de boxeo”, reveló Traoré en una entrevista exclusiva con FOX Sports que rápidamente se viralizó en redes sociales.
Sin embargo, estas palabras, lejos de ser un guiño deportivo al América, representan más bien la curiosidad cultural de un futbolista por conocer un país que ha llegado a él a través de las historias de su compañero y amigo. Las expectativas generadas entre la afición americanista parecen más producto del deseo que de una posibilidad real.
La realidad del mercado y el futuro
La situación actual de Traoré en la Premier League, donde continúa siendo una pieza importante del Fulham, hace prácticamente imposible su llegada al fútbol mexicano en el corto plazo. A sus 28 años, el extremo se encuentra en un momento óptimo de su carrera y su cotización en el mercado europeo sigue siendo considerable.
El América, pese a su poderío económico en la Liga MX y su reciente bicampeonato, tendría que realizar un esfuerzo financiero sin precedentes para tentar al español. Además, las prioridades del club parecen estar enfocadas en otros objetivos, incluyendo la posible vuelta de Raúl Jiménez, un movimiento que genera mayor expectativa entre la afición.
La realidad es que las declaraciones de Traoré deben tomarse por lo que son: el interés de un futbolista por conocer la cultura de un país que ha llegado a apreciar a través de su amistad con Jiménez. Por el momento, los aficionados del América deberán conformarse con la posibilidad de ver al español como turista en la CDMX, y no vistiendo la legendaria camiseta azulcrema.