Por: Alan Torres
Desde hace años Anfield se mueve al ritmo del You’ll never walk alone. Silencio en las gradas. Los jugadores salen al campo después de descender de las escaleras y tocan el escudo del Liverpool como símbolo de buena suerte. De pronto, al unísono, las butacas vibran. El himno eriza la piel de los asistentes. Más de 45 mil gargantas entonan la canción que vio la luz en Brodway, musicalizada por Richard Rodgers en 1945 para el musical Carrousel y escrita por Oscar Hammerstein.
El You’ll never walk alone fue un éxito desde su origen. Frank Sinatra lo llevó a la posición número nueve de éxitos en 1945. Posteriormente, Patti LaBelle, en 1964, la colocó en el lugar 34, y finalmente, Elvis Presley, en 1968, logró posicionarlo en el lugar 90 en lista de popularidad.
Sin embargo, la interpretación que más influyó para que se quedara como himno del Liverpool fue la de Gerry & the Pacemakers. Era el año 60 cuando este grupo adaparía la letra. Para 1963, el You’ll never walk alone se escuchaba en cada rincón de la pequeña isla. Llegaría al número uno de popularidad, y con ese puesto llegaría también a las gradas de Anfield. A partir de entonces, no ha habido partido del Liverpool en el que antes del encuentro no se entone el himno de uno de los equipos más románticos que ha dado el futbol mundial.
Casi cincuenta mil personas calientan sus gargantas con cerveza antes de entrar a Anfield. Hace poco, allá por el verado de 2013, durante la gira del Liverpool por Asia y Oceanía, los ‘Reds’ jugarían un partido en Melbourne en el estadio MCG. Ahí se encontraban 90.000 personas que entonaron el You’ll never walk alone a todo pulmón y lejos de Anfield.
El himno se ha convertido en un símbolo de hermandad entre los hinchas del Liverpool. Después de la tragedia de Hillsbough el 15 de abril de 1989, el conjunto ‘Red’ y el Celtic jugaron un amistoso donde ambas aficiones entonaron simultáneamente el YNWA en homenaje a los 96 fallecidos ese día.
Algo parecido sucedió en Wembley. En aquella ocasión se enfrentaban el Liverpool y el Everton. En juego estaba la final de la F.A. Cup. Por un momento dejaron la rivalidad a un lado y entonaron el himno en memoria de los que habían perdido la vida en la tragedia.
Era 11 de marzo de 2004. España había sufrido un atentado terrorista. El mundo, conmocionado, se solidarizaba con el país ibérico. El Celtic de Glasgow haría lo propio en un partido de Champions frente al Barcelona. Al únisono y en memoria de los fallecidos entonarían el You’ll never walk alone.
Un año después, el YNWA se convertiría en más que un himno. 2005. Estambul. El Liverpool perdía la final de la Liga de Campeones por 3-0 frente al AC Milan. Medio tiempo. De pronto, en las gradas, los aficionados del conjunto entonaron el himno con fuerza. Como si se tratara de una inyección, los jugadores comenzaron la remontada. Empataron el partido, y en penaltis, de manera dramática, el Liverpool conquistó la ‘Orejona’. Ese día se escribió uno de los guiones más aclamados por el público al futbol.
El You’ll never walk alone se convirtió en un símbolo de identidad tan importante para los aficionados Reds, que cuando se propagó con fuerza el rumor de que Daniel Agger, uno de los jugadores consentidos, se marchaba al Manchester City, el propio Agger, mostrando su fidelidad, se tatuó las siglas del himno en los nudillos.
Cómo olvidar cuando Pink Floyd grabó unas líneas del YNWA desde Anfield y lo puso en su canción Fearless en 1971. Cómo olvidar que este himno lo han adoptado en otros estadios, que lo entonan las aficiones del Celtic de Glasgow, el Borussia dortmund, el Feyenord, el Borussia Monchenglabdach, e incluso, en Japón, el Tokyo FC.
El musical Carrousel le dio vida. La canción se escuchaba durante la obra cuando un personaje trataba de consolar a su amigo por la muerte de un ser querido. Hoy, no es extraño que se escuche cada vez que una tragedia se presenta, es un símbolo de hermandad, un sinónimo de solidaridad. Cuando camines a través de la tormenta, mantén la cabeza alta, y no temas a la oscuridad…
Aquí el himno completo:
When you walk through a storm,
hold your head up high,
and don't be afraid of the dark ;
at the end of the storm there is a golden sky
and the sweet silver song of the lark.
Walk on through the wind,
walk on through the rain,
tho' your dreams be tossed and blown.
Walk on, walk on with hope in your heart,
and you'll never walk alone,
you'll never walk alone.
Walk on, walk on with hope in your heart,
and you'll never walk alone,
you'll never walk alone. Cuando camines a través de la tormenta,
Mantén la cabeza alta,
Y no temas por la oscuridad;
Al final de la tormenta encontrarás la luz del sol
Y la dulce y plateada canción de una alondra.
Sigue a través del viento,
Sigue a través de la lluvia,
Aunque tus sueños se rompan en pedazos.
Camina, camina, con esperanza en tu corazón,
Y nunca caminarás solo,
Nunca caminarás solo.
Camina, camina, con esperanza en tu corazón,
Y nunca caminarás solo,
Nunca caminarás solo.