Por Martín Careaga
Pareciera que fue ayer y no hace 12 años que un grupo de jóvenes promesas conquistó lo que en ese momento parecía imposible, ganar una Copa del Mundo. Muchos recuerdan con nostalgia la tripleta Vela-Dos Santos-Guzmán que no sólo venció, sino que también goleo a Brasil en aquella final en Perú .
Sin embargo, el tiempo pasó y la llamada generación dorada nunca pudo mostrar ese nivel con la selección mayor. Este año, el último gran crack del 2005 se despide de Europa provocando que muchos nos preguntemos ¿Qué paso con esos niños héroes que prometían un México campeón?
Es cierto, muchos de los nombres que aparecían en esas camisetas quedaron en el olvido, algunos nunca pudieron debutar a nivel profesional, otros se quedaron en el camino y otras “promesas” se quedaron sólo en eso “promesas”, basta solamente con preguntar el destino del Torito Silva, el Paleta Esqueda, Efraín Juárez, el Pato Araujo o una de las grandes promesas, Ever Gúzman.
No obstante, tres nombres sí lograron el éxito, o al menos, eso parecía en un principio, tanto Carlos Vela, Giovani Dos Santos y Héctor Moreno lograron consolidarse en Europa, a estos tres se les sumaron otro grupo de jugadores que sin pertenecer a la selección campeona, se establecieron como la generación de la promesa, nombres como Chicharito, Ochoa, Guardado, Aquino e incluso otro Dos Santos se fueron sumando en la escuadra nacional, los cuales, han demostrado que México tiene la capacidad de llegar lejos. Sin embargo, los tres primeros han ido a la baja, no por el nivel que demuestran en la cancha, sino por las decisiones que han tomado.
El caso de Giovani es bien conocido, una de las figuras más importantes del Mundial y una promesa tanto para México como para los clubes en los que ha limitado. Pero la triste realidad es que Gio jamás ha vuelto a demostrar un nivel de calidad, lo intentó en el Barcelona, Tottenham, Galatasaray y Villareal, así como en los mundiales de 2010 y 2014 quedando a deber en todos. Lo más destacable de Dos Santos, fue aquel golazo contra Estados Unidos en la final de la Copa Oro del 2011, actualmente se ha conformado con ser figura en el Galaxy de la MLS, llevándose a su hermano y su padre.
El destino de Carlitos Vela fue mucho más prometedor, después de ganar el mundial fue fichado por el Arsenal, donde logró algunas participaciones destacables, sin embargo, la falta de oportunidades y la competencia interna lo obligó a emigrar al West Bromwich donde tuvo un paso bueno pero corto, fue entonces que la Real Sociedad acogió al que se convertiría en una de sus máximas figuras.
Desde el 2011, hasta el miércoles pasado, Cracklitos defendió los colores de Anoeta, jugando 250 partidos y anotando 73 goles, llegando a ser incluso capitán del equipo y una de las figuras más queridas por la afición vasca. Vela siempre demostró tener el nivel necesario para permanecer en Europa, sin embargo, durante el mercado de verano se anunció que a partir del 2018 Vela formaría parte del LAFC, un club que aún no debuta en la MLS, este hecho fue respaldado como una decisión correcta para su cartera… digo su carrera, después de todo fue el propio Vela el que dijo que la carrera de futbolista no es más que un oficio para él, sin duda todos esperamos que mantenga el nivel al que nos tenía acostumbrados.
La última gran figura que queda en Europa se ha caracterizado por mostrar un rendimiento más que destacable en su posición, calentando bancas como ningún otro jugador en la Serie A, Héctor Moreno ha sido relegado por la Roma durante esta temporada, algo que podría afectar el gran nivel del defensa central, después de que fuera una figura inamovible del PSV y anteriormente del Espanyol. Queramos o no, Moreno representa lo último que queda de aquella gran selección del 2005, y si no empieza a actuar pronto, podríamos quedarnos solamente con un triste recuerdo de lo que fue la primera generación dorada.
Estos jugadores pueden estar frente a lo que puede ser su ultimo gran reto, Rusia 2018 ¿Será que finalmente podremos ver a Gio, Vela y Moreno demostrando el gran nivel del 2005? ¿O tendremos que conformarnos con lo que ya nos han acostumbrado?