Por Fabrizio Domínguez
Al inicio del Clausura 2018 el Veracruz sólo tenía un objetivo: intentar no perder tanto o menos que Querétaro, Atlas y Lobos, sus rivales directos en la pelea por no descender.
Si bien es cierto que Atlas y Veracruz tienen el mismo número de victorias, ambos con dos en 11 partidos de liga -una marca que ni el poderoso Barcelona es capaz- este último está mucho más hundido en el tema del cociente.
Es difícil de creer que con cada nueva jornada que se presenta el Tibu se empeña en jugar peor. Al inicio de la temporada nos fintaron con esas victoria sobre el Querétaro y otra contra Pumas; o hasta el empate con el en ese entonces líder general, América.
Nos hicieron creer que se pondrían las pilas y lucharían por no descender, pero con ese 5-0 frente a Lobos BUAP, la derrota ante el Puebla y su falta de gol, al menos en portería ajena, permanecer en la Liga MX se ve cada vez más difícil.
Ahora con la derrota 2-0 ante Morelia y la segunda victoria del Atlas, parece ser que el Veracruz se despide de la Liga MX. Eso sí, tendrá el privilegio de ser el último descendido, gracias a que la Federación Mexicana de Fútbol ha eliminado el descenso.