En el verano Cruz Azul cambió. Llegaron 10 jugadores y un entrenador. A medio torneo hubo un cambio de timón. No alcanzó para que las cosas mejoraran. Se escuchan voces que exigen más modificaciones. Los rumores apuntan a las salidas de Vicente Matías Vuoso, Lucas Silva y Federico Carrizo. Tomás Boy no se adelanta. Sabe que hay mucho por mejorar, pero prefiere esperar al fin del Apertura 2015.
“Hay que mejorar algunas áreas. Todavía no conozco bien a este equipo para tomar una determinación final”, le explica al Diario Récord. Quiere hacerlo en conjunto con la directiva. No pretende imponer nada. Charlará con Agustín Manzo y Guillermo Álvarez para determinar qué se debe hacer para levantar al equipo.
Por primera vez desde el arranque de los torneos cortos Cruz Azul sumó tres semestres seguidos sin calificar a la liguilla. Su “marca” era de dos y databa del Invierno '96 y el Verano '97. En ambas campañas se quedó cerca de llegar a la fase final. En esta ocasión su eliminación se concretó a falta de dos partidos.
Después de esos dos certámenes sin fiesta grande llegó el título. El primero en 17 años. El 7 de diciembre el club sumará 18 años sin lograrlo. Nunca había tardado tanto. Boy lo entiende. Sabe que los jugadores sufren “agobio”. Su reto es ese: lograr que no “se presionen antes de tiempo”.
Lo ejemplifica comparándolo con los goles y los líderes: “si estás tan obsesionado por meter un gol no vas a meterlo, los goles son como los líderes, surgen”.
Igual comprende la razón de la presión. Cree que Cruz Azul es un “grande”. Este tipo de equipos “sólo pueden estar bien si tienen títulos”, afirma.
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