Por Mau Espejel
Tigres por fin tiene algo digno que celebrar. Desde su último ascenso en 1997, su afición nunca se cansó de celebrar que llenaban el Volcán, nos vendieron la idea que que llenar entrenamientos daba campeonatos y creyeron por muchos años que eran la mejor afición de México, discutible o no, hoy por fin se convierten en un campeón y en una afición incomparable.
La pasión de ser de Tigres, el transmitir la esencia de la afición y que los jugadores lo entendieran en la cancha, partido tras partido, entrenamiento tras entrenamiento no fue fácil, el haber arropado a sus ídolos y mostrarles que jugar que estar en esa institución era diferente, tan diferente como jugar con cualquiera de los otros 17 equipos de México. Acaban de obtener el resultado más importante de su pequeña historia.
Felicidades a todos los Tigres, este es su momento, disfrútenlo, vívanlo, hagan cualquier locura porque no hay nada tan grande, importante, trascendente, tan crucial, tan fuerte como ganarle la final a tu clásico en su cancha. A partir de este momento se les tiene que borrar de la mente que un día los descendieron, se acabó esa paternidad, se acabaron los clásicos perdidos porque este momento será para la eternidad.