Por: Carlos Jalife
Era necesario que Nico Rosberg saliera del dominio de Lewis Hamilton para poder regresar, al menos en el plano mental, a la pelea por el Campeonato de Pilotos que, resulta evidente, en 2014 es una cuestión entre los dos volantes del equipo oficial de Mercedes. Después de cuatro victorias del inglés, Nico por fin le batió en la lucha por la posición de privilegio, situación que se tradujo a la carrera para retomar el liderato por el título.
Resultaba necesario que así lo hiciera Rosberg pues si bien otro 1-2 invertido no hubiera resultado en una victoria definitiva para Hamilton, si habría sido una tajante demostración de que el mejor piloto en Mercedes era inglés. Sin embargo, Nico reaccionó, hizo un trabajo impecable y se llevó el GP de Mónaco por segunda ocasión consecutiva de manera muy merecida.
Sin embargo, la reacción de Rosberg en la contienda ha dejado un saldo pendiente a pagar para la escuadra alemana pues queda por verse que resultará de la fricción surgida por las actitudes de Lewis Hamilton, dentro y fuera de la pista. Todo comenzó desde el miércoles cuando el inglés decidió ejercer presión mental del otro lado del garaje y declaró que el hambre por el título de ambos era distinta, en gran medida por la forma en que cada uno había enfrentado su niñez por lo que el tema durante el fin de semana fue si comenzaba un rompimiento entre los amigos de karting y fórmulas menores.
El sábado no mejoró con los reclamos del inglés al teutón por una falla que le impidió buscar la posición de privilegio ya que el alemán provocó una bandera amarilla y varios tuvieron que abortar su segunda vuelta de calificación, incluido el del error. Lo anterior conllevo a frialdad, teorías de la conspiración y reclamos del Hamilton a Rosberg a través de los medios y no detrás de puerta cerrada.
Finalmente, el domingo los reclamos al equipo por no ayudarle con la estrategia no cesaron y lo más notorio fue cuando ni siquiera saludó, ya no digamos felicitó, a Rosberg en el podio, situación que ha sido mal vista por varios, incluido Niki Lauda, director no executivo de Mercedes F1. ¿Estaremos al borde de una lucha como la de Webber vs. Vettel en 2010 donde el alemán nunca se convirtió en el escudero del australiano o frente a una cruenta batalla como la Alonso vs. Hamilton en 2007 cuando el entonces bicampeón reinante llegó a McLaren para compartir escudería con el debutante inglés?
Si algo sirve de ejemplo, Hamilton no se ha caracterizado por ser un buen perdedor y su modelo a seguir es Ayrton Senna quien, dentro de todo lo grande que es, siempre se caracterizó por presionar mentalmente a sus rivales. Sumen la batalla contra Alonso y parece que el que tiene que probar su inocencia en todo este embrollo es el inglés y no el alemán. Como sea que se termine resolviendo esto, era tiempo de reaccionar para Nico Rosberg y lo hizo. Ahora es tiempo que Toto Wolff y Lauda reaccionen antes que se salga de control el asunto pero no estaría de más que Hamilton, quien había madurado formidablemente en los últimos años, reconozca que puede ser vencido y reaccione como buen perdedor.