Por Gustavo Ruiz
Siboldi y sus chamacos están intratables en la Liguilla, no creen en nadie. Juegan bien, tienen química y no le temen a nada.
En el papel, las cosas no se inclinaban a favor de Robert Dante por su inexperiencia, ya saben cómo es la Liga MX de bipolar. Pero los santistas hicieron una gran temporada al grado de terminar con Djaniny como campeón de goleo.
Su gran trabajo lo tiene cerca de conseguir algo que muchos técnicos del futbol mexicano no han podido. ¿Qué? Ser campeón en su primera Liguilla como entrenador. Sí, el charrúa puede escribir una nueva épica en el fucho mexa si logra coronarse.
De ser campeón, imagínense lo que sentirán Tomás Boy, Sergio Bueno y Rubén Omar Romano, quienes no levantan una copa ni de chiste.