El destino del joven argentino Facundo Burgos pudo haber sido la muerte, pero su pasión por el balompié le regaló la casualidad más importante de su vida.
Burgos tenía planeado estar el pasado 22 de marzo en la estación del metro Maelbeek en Bruselas, justo a la hora en la que se suscitaron los atentados terroristas perpetrados por extremistas islámicos que costaron la vida a decenas de personas. Pero el amor de Facundo por Rosario Central le hizo desvelarse y tener que retrasar sus planes. Fue esta decisión la que terminó salvando su vida.
“La noche del lunes, mientras nuestro equipo buscaba defender la punta del torneo, me encontraba en Gante (Bélgica), donde seguía desde una computadora lo que sucedía en Arroyito”, comentó a la página oficial del club canalla.
El partido terminó a altas horas de la madrugada y Facundo no pudo despertar a tiempo. Cuando por fin pudo levantarse, se enteró de lo ocurrido.
“Central hoy me salvó la vida. Si no me hubiera quedado hasta tarde mirando el parido ayer, ahora estaría muerto. Gracias por tanto”, escribió el joven en su cuenta de twitter.