La tecnología llegó al Mundial de Clubes, pero falló. El árbitro húngaro Viktor Kassai marcó un penal a favor del Kashima Antlers con la ayuda del video, pero la jugada debió ser anulada por un fuera de lugar.
Kassai fue advertido por los asistentes que revisan el video, se acercó a la banda y observó la jugada a detenimiento en la pantalla. Berrío le pegó una patada por detrás a Nishi dentro del área, sin embargo el jugador japonés se encontraba en fuera de lugar, y el árbitro no vio eso.
El penal fue anotado por Doi, quien disparó a la derecha, y no lo pudo detener el arquero Armani del Atlético Nacional, que se lanzó hacia el otro lado. Este gol abrió el marcador para el Kashima Antlers.
La FIFA explicó, mediante un comunicado, que la decisión del árbitro fue correcta porque el jugador en fuera de juego no pudo disputar el balón, es decir, no estaba en fuera de lugar, pero sí le cometieron la falta.
“Antes de eso, el árbitro asistente había aplicado correctamente la técnica de “esperar y ver” con respecto a la posición de fuera de juego del jugador que recibió la falta. El jugador fue considerado como no fuera de juego, después de haber sido incapaz de desafiar al oponente por el balón, y el árbitro húngaro posteriormente señaló el punto de penalti, habiendo juzgado por la repetición de que Daigo Nishi fue tropezado dentro del área de penal por Orlando Berrio del Atlético”, detalló la FIFA.