Por Carlos Daniel Flores
HACE 25 AÑOS TIGRES TUVO UNA DE SUS TARDES TRISTES ANTE EL ACÉRRIMO RIVAL
Remontémonos al 24 de marzo de 1996, algunos de ustedes ya tenían sus añitos, otros estaban en pañales y hay quienes de plano todavía no existían. Sea como sea, en esa fecha se dio uno de los acontecimientos que quedarán para siempre en la historia del futbol mexicano: el descenso de Tigres a manos de Monterrey, su acérrimo rival.
Era el Clásico 51, los Tigres llegaron al Volcán con serios problemas de descenso, necesitaban ganarle a Rayados y de paso que Morelia sacara un buen resultado ante Veracruz para que siguieran con vida. Las cosas comenzaron bien para los Felinos, al 18’ Omar Arellano metió el primero y la ilusión crecía bastante, pero seis minutos después Sergio Verdirame puso el del empate y al 26’ Luis Miguel Salvador firmó la voltereta. Los Tigueres no tuvieron reacción y parecía que todo había acabado.
Para sorpresa de propios y extraños, al final del torneo, Tigres consiguió los puntos suficientes para entrar al repechaje y como en ese entonces el reglamento no prohibía su participación a pesar de estar matemáticamente en segunda, pudieron jugar la fase final en búsqueda del título que les daría la permanencia en Primera.
En la primera ronda, los Felinos echaron al León con global de 9-4, pero en cuartos Necaxa los eliminó con un 2-1. Su sueño acabó. Aquella derrota ante Rayados tuvo mucho peso y aunque perdieron la categoría, sólo duraron un año en el Ascenso, fueron bicampeones del torneo y en 1997 subieron a la que ahora es la Liga MX. El resto es historia, actualmente son uno de los clubes más poderosos del futbol mexicano.