Por Sebastián Anaya
HAN PASADO DOS DÉCADAS DE UNO DE LOS SUCESOS MÁS DOLOROSOS EN LA HISTORIA DEL TRI
Los juanáticos más veteranos todavía no pueden olvidar este recuerdo y para los más jóvenes aquí se los explico. Este miércoles se cumplen 20 años de un partido que dejó sorprendidos, atónitos, y preocupados a todos los mexas porque el Tri corría peligro de ir al mundial. El 16 de junio de 2001, Costa Rica vino a México para llevarse una victoria de 1-2 que significaba mucho más que tres puntos.
Para los mexicanos, un golpe al orgullo y un estado de pánico. Para los ticos, uno de los mejores días en la historia del futbol en su país. No solo habían ganado un partido ante México; era un victoria en la casa del gigante de la Concacaf y eran tres puntos que los metían a su segundo mundial. Además, qué mejor manera de hacerlo que con una remontada, y más al minuto 86 -algunos sabrán cómo se siente-.
Después del partido, Rolando Fonseca, uno de los héroes costarricenses al anotar el gol del empate y provocar el tanto de Medford con un disparo que Oswaldo Sánchez no pudo contener, echó más sal a la herida mexicana al declarar: “El único gigante es Dios. Ya México no es el papá de los tomates“.
Además, esta derrota puso en duda la continuidad de Enrique Meza, quien tras perder ante Honduras al siguiente partido, se quedó sin chamba y en su lugar tuvo que llegar Javier Aguirre para levantar el barco y meter al Tri al Mundial de Corea/Japón 2002.
No solo son los mexicanos los que no olvidan el partido. Para los ticos, no importa cuántos años después, el recuerdo es una inspiración y una motivación. Bryan Ruiz lo dejó muy claro en 2017 cuando antes de un partido de eliminatoria para Rusia 2018, señaló que les gustaría repetir lo de la tarde del 16 de junio de 2001.
Un recuerdo amargo, pero como dicen por ahí: “quien no conoce su historia está condenado a repetirla”. Son 20 años juanáticos, pero esperamos no haya más aniversarios como este. O si los hay, que sean a favor del Tri, algo como el 1-0 a Alemania en el estadio Olímpico Luzhnikí.