Por Mauro Colin
Iniesta sabe que tiene los días contados en Barcelona, pero eso no evita que no podamos seguir disfrutando su mágica. Hoy dio un partidazo contra el Sevilla y con esto nos bastó para que se confirmara que es el mejor centrocampista que ha dado el futbol español, aquí tenemos algunos motivos:
SIEMPRE DIO MÁS POR SU EQUIPO
Cuando se le necesitaba, ahí estaba buscando una asistencia, generar una jugada o anotando un gol; ¿quién no recuerda su jugada que generó el segundo gol en la final de Berlín en 2015? O si nos vamos a algo más reciente, le asistió a Messi para que por fin le marcara al Chelsea. Pero si algo dejó en los libros de historia, siempre será el Iniestazo.
NUNCA HA RECIBIDO TARJETA ROJA
Es uno de los jugadores más limpios de la historia del futbol, considerando que en su posición se tiene mucho contacto y se tienen que cortar jugadas con faltas, él nunca lo hizo porque prefería esperar y poder robar el balón, jamas tener que lastimar al contrario.
siempre fue importante en la roja
Así es, esto va de cajón, no se puede hablar de Iniesta sin mencionar que logró darle la Copa del Mundo -y lo primero que hizo fue recordar a su amigo fallecido, Dani Jarque-, asistió goles en ese bicampeonato de Europa, nunca se hizo chico con su selección, lo que hizo que siempre diera miedo con su presencia en el campo.
LOGRó QUE EN MÁS DE UN ESTADIO LE APLAUDIERAN
Podríamos hacer un listado de los estadios donde lo aplaudieron tras dar cátedra; el campo del Espayol se fue aplaudido, Juventus Stadium se puso de pie tras una buena exhibición esta temporada, en el Camp Nou ni se diga, logró que se pusieran de pies ante él en el Vicente Calderón, uno más humilde fue jugando contra el Racing de Santander, hasta contra el máximo rival en el Santiago Bernabéu. Muy respetado.
DIO TODO POR UN CLUB QUE NO ERA EL SUYO
Si no lo sabían se los digo, Iniesta no le iba al Barcelona cuando era pequeño, él mismo ha dicho que le iba al Real Madrid “a todo poder”, lo que hizo la diferencia es que el club culé fue el que le dio la oportunidad de que jugara en un equipo grande. Aún así, sentía la camiseta con un amor que ya no es muy común. De hecho, cuando era más joven, rechazó varias ofertas de otros clubes para quedarse en el Barcelona.