Por Hugo Eduardo Milian
Barcelona visitó al Celta de Vigo en la ida de los octavos de final de la Copa del Rey. El actual campeón se presentó con un equipo alterno que se vio en apuros ante un Celta que salió con el plantel de gala. Partido parejo donde el empate 1-1 dejó la moneda en el aire para la vuelta en el Camp Nou.
AUSENCIA DE LOS ESTELARES
Ernesto Valverde decidió acudir a Balaídos sin los pesos pesados del ataque culé. Ni Messi, ni Iniesta, ni Luis Suárez viajaron con el equipo. Tampoco contempló a Rafinha, Deulofeu, ni Ardan Turan, jugadores a los que el club colocó un moñito porque les urge venderlos para comprar a Coutinho.
APROVECHÓ LA OPORTUNIDAD
José Arnaiz disputó minutos como delantero centro del equipo al no estar disponible Paco Alcácer, '9' que habitualmente juega la Copa del Rey como suplente de Suárez. El jugador del filial anotó su tercer gol de la competencia al realizar el 1-0.
PRONTA IGUALDAD
El extremo danés del Celta empató el partido cuando el Barcelona mejor se sentía. Aprovechó que Cillesen dejó el balón en el área chica al pensar que saldría por la línea final. Su gol permitió que el Celta tomara la manija del juego. Durante la parte final del primer tiempo el Barcelona se agazapó para contener los embates del equipo local.
BUENA ACTUACIÓN DEL LATERAL
En defensa estuvo atento, bastante ocupado en la cobertura a los pases filtrados de Iago Aspas que siempre es peligroso por su inteligencia. En la segunda parte, al minuto 59, mandó un pase que dejó solo a Denis Suárez, pero ni él sabe cómo falló semejante oportunidad. Al minuto 90, desbordó por la parcela derecha, cerró Sergi Roberto, pero no logró anotar. Ni modo, esta vez no aprovecharon el buen juego del portugués.
REAPARICIÓN DE DEMBÉLÉ
Una buena noticia para el equipo azulgrana fue ver el regreso de Ousmane Dembélé. Tras superar la lesión muscular ingresó al minuto 70 por Arnaiz. Aunque para ser sincero, necesitará más tiempo para demostrar que esos 105 millones que costó fueron buena inversión.