Ya todos sabemos que Francia es el actual campeón del mundo, pero lo que no sabemos es lo que sigue con el trofeo después de ser besado por todos los jugadores, después de que todos los equipos y aficionados regresan a sus casa y se acaba la fiesta.
Seguro, alguno pensará que se quedan la copa, la ponen en sus vitrinas y ya, ¿no? Pues… No es así. El equipo ganador no se la queda con el trofeo, sino que la debe regresar al pueblo de Paderno Dugnano en Milán, al norte de Italia en una fecha no divulgada (para que no se la roben).
Allí, siete trabajadores de orfebrería -el arte con metales preciosos- de la compañía GDE Bertoni están listos para recibir al hermoso y anhelado trofeo.
Su chamba es reparar las huellas dejadas después de todas las fiestas y dejar el trofeo como nuevo, para después poner en la base circular el nombre del último campeón.
Para grabar el nombre del campeón se utiliza una máquina electrónica grande, como si fuese una impresora industrial, que tiene una punta súper fina, para que todos los detalles estén al 100 por ciento y pueda regresar al Museo de la FIFA en Zurich, Suiza.
Así que ahora ya puedes hacerte el cerebrito con tus amigos explicándoles qué pasa con la copa después de que acaba el torneo.