Por: Ángel Armando Castellanos | @aranha_azul
Villahermosa, Tabasco. Miércoles 9 de septiembre de 1992. El Estadio Olímpico de la Ciudad Deportiva recibe a Puebla y a Colo-Colo. Se juega la ida de la hoy extinta Copa Interamericana. El Campeón de Concacaf contra el de Copa Libertadores. Sin saberlo, los camoteros tardarían casi 24 años en volver a jugar un partido internacional en suelo mexicano.
Surgen algunas dudas, ¿qué hacía La Franja en un sitio con nula tradición futbolera?, ¿por qué no aprovechar la altitud sobre nivel del mar para ahogar al rival? ¿por qué jugar como local con una temperatura de más de 20 grados y alto porcentaje de humedad?
El periodista de Tabasco Mauricio Valencia recuerda que en esa época los espectáculos deportivos eran manejados por una empresa del entonces diputado priísta Roberto Madrazo Pintado. El político -14 años después candidato a la Presidencia de la República- aspiraba a ser Gobernador de Tabasco -en 1994 lo lograría en medio de la polémica. ¿Qué mejor escaparate para darse a conocer que el deporte en una entidad cuyo mayor orgullo eran los Olmecas de la Liga Mexicana de Beisbol?
Meses después el Atlético de Madrid y la Selección Mexicana jugaron en suelo tabasqueño. El deporte usado como medio para conseguir fines políticos. Al mismo tiempo la tauromaquia vivió una de sus épocas de mayor esplendor en La Monumental de Villahermosa.
El partido se disputó en el Olímpico de La Esmeralda del Sureste ante 16 mil espectadores. Una de las mejores entradas que ha tenido en toda su historia. Colo-Colo lo disfrutó. Puebla lo padeció. Salió con Pablo Larios, Sigifredo Mercado, Angel Torres, Aurelio Coreano Rivera, Gerardo González, Jaime Ordiales, Silviano Delgado, Silmar Olindo Jorge Rosal, Francisco Rotllán y Carlos Dioney. El cambio de Milton Nunhez sirvió de poco para los de Manuel Lapuente.
Los visitantes -dirigidos por el histórico Mirko Jozic- ofrecieron a jugadores como Eduardo Vilches, Hugo Rubio, Héctor Adomaitis y Marcelo Pablo Barticciotto. Éste último fue el héroe del encuentro, marcó tres goles. El otro fue de Adomaitis.
Se adelantó la visita al 28' vía Barticciotto. Completó su hat-trick al 61' y al 70'. Más allá de los goles fue el demonio en el edén. Hizo padecer a la defensa. Cada vez que encaró, ganó. Pablo Larios parecía un simple espectador cada vez que remataba a puerta. El descuento llegó al 76' vía Silmar Olindo. Cuatro minutos después Adomaitis puso el definitivo.
Héctor sonrió ante Puebla. Sin saberlo, ese equipo sería el último que lo vería jugar en México (2002) antes de retirarse en el Santiago Morning (Chile).
El daño estaba hecho. El único Colo-Colo que ganó a nivel internacional no tuvo problemas en la vuelta. El Monumental de Santiago de Chile estaba abarrotado aquel 23 de septiembre. Lapuente puso a Antonio Gutiérrez por Angel Torres, a Milton Nunhez por Silmar, a Sergio Lira por Carlos Dioney y a Arturo Álvarez por Jorge Rosal.
No le sirvió de nada. Al 28' Hugo Rubio tenía la serie 5-1. Al 66' Gabriel Mendoza aumentó la cuenta. Rotllán hizo más decoroso el marcador al 70' y un penal de Adomaitis al 76' dejó el global en 7-1.
Esta noche Puebla vuelve a los escenarios internacionales. Casi 24 años pasaron de esa última vez. Recibe a otro histórico de Sudamérica, Racing de Avellaneda. La afición del renovado Estadio Cuauhtémoc espera que esta vez los goles se marquen en el arco visitante.