Por Asairi Nava
Los mundiales siempre nos dejan historias que se contarán de edición en edición. El Rey del gol nos dio una muestra de emotividad después de anotar el primer gol de Nigeria en un Mundial.
Rashidi Yekini se presentaba con Nigeria en el Cotton Bowl para enfrentar a Bulgaria. Era el debut mundialista de su selección, y para él un partido que recordará toda su vida.
Las Águilas Negras controlaban el balón en la media campo búlgaro, lo pasaban de lado a lado de la cancha hasta que Daniel Amokachi le filtró el balón a Emmanuel Amunike, desbordó por la banda derecha, llegó hasta línea de fondo, levantó la vista y mando un centro a ras de pasto, justo donde sabia que Yekini aparecería.
Sólo tuvo que empujarla para que todo su país gritara de emoción. Su primera aparición en una justa mundialista, el primer juego de su selección también, y ya tenían la ilusión de poder ganarlo.
Las Águilas Negras celebraban la anotación al igual que los aficionados nigerianos, el Rey del gol abrazaba las redes de la portería donde anotó. Sólo, gritando hacia la grada, dentro de la portería contraria.
Sus gritos de rabia o plegarias de emoción son un grato recuerdo del Mundial de Estados Unidos 94, y el primero de los siete goles que Nigeria anotó en ese Mundial.