Por Jorge Domínguez
Ya es normal que una semana antes de que se juegue la final de Primera División en México, los equipos contendientes a ocupar un lugar en la Liga Mx disputen el título que les da medio boleto para conseguir el ascenso. Lástima que por reglas únicamente seis equipos tengan la posibilidad. Pero hay varios motivos por los que estas finales se vuelven más emocionantes. Aquí te vamos a explicar por qué no son como las demás.
Empecemos por lo obvio: el principal objetivo que tienen los equipos al inicio de temporada es conseguir llegar al máximo circuito de nuestro futbol. Por eso es que siempre buscan reforzarse con grandes jugadores que tengan experiencia para así inyectar picardía y sabiduría a los jóvenes que apenas empiezan. Esto hace que para el público sea mucho más atractiva la idea de ir a los partidos. Así pueden ver a los que fueron grandes ídolos, tales son los casos de Matías Vuoso, Venado Medina, Daniel Hachita Ludueña, Marc Crosas, entre otros.
A lo anterior hay que agregar que esto no es solo una final. Aunque la frase suene de lo más trillada es una verdad, porque no juegan sólo por un trofeo o por un reconocimiento. No se trata de un partido más, ni de una jornada normal. Incluso es más emocionante que un clásico regio porque es la ilusión de toda una ciudad, tal vez de un estado entero. Significa poner un pie en el máximo circuito, es alcanzar un sueño y hacerlo realidad.
A esto hay que añadirle que se disputan tres finales (Apertura, Clausura, Decisiva). Recordemos que los ganadores de cada torneo se enfrentan en un doble partido para definir oficialmente al club que se unirá a los mejores de nuestro país.