Por: Raúl Garrido
Brinca Turco, brinca. Gózalo que es tuyo. Toca la copa, abrázala, bésala y acaríciala que luchaste tanto para esto. Como si estuvieras en el potrero, como si estuvieras en la calle, como si fuera en la cascarita del barrio. Disfruta, brinca, grita, siente. El estadio se te brinda, corea tu nombre, te quiere, te reconoce, te agradece, te quiere. Anda por el celular y grábalo todo que será un hermoso recuerdo.
El equipo salió con todo buscando el gol desde el minuto uno, antes de los primeros cinco el América ya había tocado a puerta en dos ocasiones, pero un Nahuel monumental había aguantado bien atrás. Rubens Sambueza desbordaba por la banda, mandaba centros y también disparaba a gol, el más desequilibrante en los primeros minutos de acción.
Michael Arroyo era el otro dolor de cabeza para la zaga defensiva de los Tigres, a los ocho minutos sacó un disparo potente que le sacó la pintura al poste. Nahuel guzmán nada hubiera podido hacer y se limitó a vigilar el esférico con la mirada. Tigres se salvaba y lo sabía. Lo cierto es que el equipo estaba muy revolucionado, tanto que Layún mandó un centro que salió a gol pero sin problemas para Guzmán.
Media hora había pasado y la posesión era para el América, entonces apareció Zúñiga y mandó un tiro potente que se fue apenas desviado de la portería. Damián Álvarez comenzó a desbordar por la banda, mandó un par de centros que Guerrón no pudo rematar a gol. Entonces Michael Arroyo ingresó al área con una bicicleta que dejó tirado a Hugo Ayala, disparó de zurda con un cañón en la pierna y el Azteca estalló.
El segundo tiempo comenzó con unos Tigres que se fueron a matar o morir, el juego estaba empatado y los regiomontanos necesitaban marcar. Pase filtrado a Guerrón que leyó muy bien Moisés Muñoz, quien finalmente ganó el esférico. Se convirtió en un juego de ida y vuelta, Oribe cabeceó y Nahuel atajó. Damián centró, Guerrón remató y Moisés Muñoz se quedó con la pelota.
Falta en tres cuartos de cancha, jugada prefabricada bien trabajada en el entrenamiento con Mohamed, cabezazo fenomenal de Pablo Aguilar que mandó al fondo de la red techando perfectamente a Nahuel Guzmán. Tigres se fue al frente, ingresó Burbano y en una jugada a balón parado el América contragolpeó. Layún se iba y Burbano lo jaló, falta y adiós Darío sin tocar la bola, roja directa.
Tres minutos después Damián Álvarez perdía la cabeza y el árbitro lo echaba por juzgar un intento de agresión. Ferretti no lo podía creer y a Tigres se le iba la final de las manos. Contragolpe de América, jugada polémica que ya no contaba pero que siguieron Michael Arroyo y Nahuel Guzmán, el portero argentino levantó el pie de más y el árbitro lo amonestó por segunda vez, roja y Tigres jugaba con ocho jugadores.
América buscaba un gol más y los jugadores de Tigres estaban muy calientes, Tito Villa agredía y se les veía bloqueados. Los locales hacían lo suyo. Centro por izquierda que el Topo Valenzuela bajó para Oribe Peralta, éste puso el balón pegado al poste, Palos no pudo llegar. Con 78 minutos el partido estaba finiquitado y América ganaba la estrella número 12.
Los jugadores marcaron y de inmediato fueron a la banca para abrazar a Mohamed, solidaridad con el técnico tan maltratado a lo largo de todo el año. La afición se le entregó y coreó su nombre a todos los cielos. Se va el Turco, pero se va por la puerta grande y con la frente en alto.