Panenka, Antonin Panenka, checoslovaco; hoy solo checo, sin lo eslovaco. Pero checo para siempre por bohemio. Por la Bohemia, el antiguo Ducado que vigila Praga. Esa Praga pacífica y señorial, tan monumental y visitada que ensombrece a la universal Paris. Separada con alfileres de Checoslovaquia como un pedazo de terciopelo en medio de una guerra tan fría como Moldavia, todavía en abril. De allí viene el bueno de Antonin, el bohemio que dio apellido de poeta a esta suerte cruel y humana: el mortal penal. Nunca imaginó Panenka que aquella obra maestra frente a los alemanes -siempre Alemania en la historia europea-, se convertiría en parte de la incultura del futbol. En una vulgar imitación. Panenka cobró el penal que venció a Sepp Maier dentro del Belgrado comunista en la Final Europea de 1976. De arriba a abajo y de izquierda a derecha, contra todo pronostico político, el tirador apuntó a la mayor portería de la época. Fue uno de los grandes tiros y quizá el mas bello, que recibió la invulnerable Unión Soviética. El otro disparo mortal fue el de Nadia Comanecci. El mismo año (1976) de aquel revolucionario penal checoslovaco, la rebelde gimnasta rumana conquistó los Juegos Olímpicos de Montreal. Panenka y Comanecci fueron personajes inquietantes para el Kremlin. Dos atletas fugitivos, liberales. El penalti de Panenka fue una protesta pública y documentada. El diez de Comaencci fue la constitución de la Perestroika. Declararon la guerra sin armas, con sus cuerpos desnudos y solitarios. La Final de la Eurocopa como los Juegos Olímpicos de 1976, apenas parecían eventos uniformados por Adidas, Nike, el COI, UEFA, FIFA y la Coca Cola. Panenka con la punta del pie y Comanecci con brazos y alma, daban esperanza a la triste Europa comunista. Detrás del muro había locos, pocos, pero con sueños de libertad. El bloque cayó por hombres y mujeres como ellos. Hoy, nadie puede igualar a Comanecci y aunque el fútbol se empeñe en publicar todos los días goles en redes sociales, no hay ningún tirador de penal tan valiente como Panenka. Lo siento Poncho Gonzalez del materialista y nuevo Atlas. “Ponchito”, eres otro cobarde imitador: el último de los payasos.
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Poncho González: el último payaso
Columna de José Ramón Fernández Gutiérrez de Quevedo sobre el mítico penal de Panenka y la falla de Arturo ‘Ponchito’ González en el Clásico Tapatío entre Atlas y Chivas
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