Por Martín Careaga
A falta de 37 días para que inicie la Copa del Mundo, con las ilusiones al máximo y con la lista preliminar a la vuelta de la esquina, nuestro querido técnico colombiano tiene la posibilidad de hacer historia y de paso llenarnos de la mayor felicidad o condenar a México a otro fracaso.
La neta se trata de un dato poco alentador para las selecciones que son dirigidas por técnicos extranjeros. A lo largo de la historia de los mundiales, ningún equipo dirigido por un entrenador que sea ajeno al país, ha podido levantar el trofeo.
De las veinte ediciones que se han realizado, ninguno de los ocho campeones que existen en la actualidad se ha coronado con un seleccionador extranjero, y sí, sabemos que quizá nuestros sueños van más allá de lo que deberíamos esperar, pero también estoy seguro que más de uno ha soñado con ver a México campeón del mundo.
Lo malo es que los números de la selección mexicana bajo el mando de extranjeros tampoco son muy favorables, de los 12 técnicos -si contamos a Osorio- que han tomado el timonel del Tri, únicamente podríamos destacar dos procesos como buenos, el de Bora Milutinovi? y Ricardo La Volpe.
Puede que para algunos Osorio no sea el técnico ideal para el Mundial, pero hay que creer que todo lo anterior son datos y nada más, porque al final no es la historia, sino los once mexicanos los que juegan en la cancha.
Hay que creer que México con Osorio podrá hacer un buen torneo, llegar al ansiado quinto partido y avanzar a más; hay que creer que los once guerreros que estarán juego tras juego le pondrán todos los yaytsa para ganar los partidos y por qué no, hay que querer ver a un México campeón del mundo.