Por Yoshua Navarro
Pobres Rayados. Con una de las plantillas más caras del futbol mexicano nomás no se les hace levantar el trofeo de la Liga MX. Lo peor es que se han quedado bastante cerca y su único consuelo es la Copa MX que le ganaron a Pachuca.
Estos tintes de subcampeón, o de fracasar cada torneo, nos hacen recordar a Cruz Azul. Los síntomas de esa rara enfermedad por no querer ser el mejor (sin ofender a los del Azul) se manifiestan en Monterrey desde hace varias temporadas.
Imposible olvidar su cruzazuleada frente a Pachuca justo cuando se preparó más carnita asada para los tiempos extras, pero llegó Víctor Guzmán quitándoles el título en su propio estadio. Como no aprendieron la lección y les gusta ser masoquistas, los jugadores de Rayados se aventaron otro papelón al caer contra Tigres en la final inédita. ¿A poco no recuerdan el penalti fallado por Avilés Hurtado?
Ahora venía como el fuerte candidato a coronarse y se fue a la primera de cambio contra Xolos. Para no perder la costumbre del sufrimiento, Monterrey fue eliminado nuevamente en su casa. Ah, no conformes, hasta salaron a las chicas al grado de que cayeron en penales para ver cómo el odiado rival regio alzaba el trofeo de number one en su cancha.
Ni hablar, así es esto de querer competirle a los de La Noria por el primer lugar del eterno derrotado. Va por buen camino.