Este sábado, Messi volvió a deleitarnos con un partidazo que le dio un empate al Barça para mantenerse alejado a seis puntos del segundo lugar; la mala noticia es que recibió un rodillazo que de primera parecía ser sólo una “dormilona”, pero las alarmas siguen encendidas en Barcelona.
El diagnóstico médico es de una contractura en el aductor y aunque al principio el golpe parecía pasar de inmediato, este lunes la Pulga no entrenó con el resto del equipo, sino que hizo trabajo de recuperación en el gimnasio.
Este mismo lunes volverá a ser sometido a una evaluación para dictaminar si Valverde podrá usarlo en la ida este miércoles en el Camp Nou o lo guarda para la vuelta del próximo 27 de febrero en el Santiago Bernabéu.