POR: Mauricio Cabrera
Me río en la cara de Moisés. Ni qué decir de lo que deberá estar pensando el Negro Medina. Yo sí estoy convocado para Brasil 2014. Mi lista, la de los periodistas, no es de 23, donde de por sí caben compadres, sino de muchos más, entre los que van adinerados que pueden pagar lo que los presupuestos de sus medios de comunicación no, amigos de los jefes, ganadores de reality shows y una que otra sextuitera que de plano quedará como Cristiano en la portada de la revista Vogue. Aún así me siento afortunado, tanto por representar a juanfutbol como por ligar mi segunda Copa del Mundo consecutiva, tanto así que desde hoy me concentro en la cobertura mundialista. No estaré enclaustrado en el CAR ni preocupado porque al Piojo le sale lo mocho, pero sí con la cabeza metida de lleno en Brasil 2014. Desde hoy, y hasta nuevo aviso, van mis cinco diarios. Consúmanlos a la hora que gusten.
1.- Acusamos a Peña Nieto de aprovechar el Mundial para discutir la Ley de Telecomunicaciones durante el Mundial, pero ni falta que hace. Las prácticas sexuales de los seleccionados se han convertido en asunto nacional. Nos alarmamos porque el Piojo prohibe sostener coito durante Brasil y olvidamos que lo importante no es si los seleccionados cogen o no, sino evitar que nos cojan en la cancha. No me parece que haya relación alguna entre ambos factores. EPN no necesita Mundiales para distraernos.
2.- Me burlé del Negro Medina líneas arriba. Me quería sentir chistoso, pero me uno a la pena que lo embarga. En primera, porque hace poco llegó al tercer piso, al de los treinta como yo, y en segunda porque se trata de un jugador que de un día para otro se dio cuenta de que podía ir a un Mundial. No es el más talentoso ni el más carismático, pero las circunstancias lo pusieron con la persona indicada en el momento justo. El Piojo era su padrino, el que le daría la invitación mundialista, como cuando un amigo es el RP del antro de moda y no sólo te saltas la cadena, sino que recibes botellas gratis. A veces la vida da nada más para quitar.
3.- El anuncio de Pepsi provocó una polémica en la oficina. Para mí, como para cualquier ente sensato, Palencia no merece aparecer junto a Cuauhtémoc Blanco y Luis Hernández. No por acompañar su labor directiva con su participación como modelo de anuncios de esmalte de Angelísima (¿se han fijado que lo de Chivas es la plurifuncionalidad deportivo-cómico-actoral?), sino porque lo ubico tres líneas abajo. El Temo nos llevó a dos Mundiales. El Matador arruinó a las defensas de Bélgica y Holanda en Francia 1998. ¿El Gatillero? Le metió un buen gol a Italia y me recordó que Kiss era una banda, pero de ahí en fuera no lo veo como un tesoro nacional. Si pudiera echar el tiempo atrás, Blanco y Hernández tendrían un lugar, Palencia acabaría sentadito junto a Paco Memo.
4.- La primera emociona, la segunda ya arde. Cualquiera desearía aparecer en el álbum del Mundial. Daría la vida por ser convocado, aunque sea por Panini, pero cuando te ponen en dos ediciones consecutivas y a la hora buena no viajas ni para compartir tus fotos en Facebook, te dan ganas de reventar los álbumes Panini, de quejarte por lo caro de los sobres y hasta de incendiar los cerros de cajas de estampas que venden en Sanborns y Liverpool. Si yo fuera De Nigris, golpearía a los que me pusieron como jugador en Sudáfrica 2010 y Brasil 2014. Que cuando menos Panini aproveche su relación con la FMF para evitar semejantes injusticias.
5.- El Bayern no parece alemán, pero a lo Guardiola siguió ganando títulos. El problema para los amantes de la corriente filosófica del Tiki Taka es que España a últimas fechas no parece España. Es como si, aunque lo nieguen, la suerte de la Furia estuviera relacionada de manera directa con el diario acontecer del Barcelona. Bueno, aceptemos que ni Del Bosque es tan errático como el Tata, ni los egos de los suyos son tan grandes como los de Neymar queriendo ser Messi y el de éste deseando ser Campeón del Mundo en vez de llevarse la liga. Al Campeón se le debe tratar con respeto, pero, con el respeto que me merecen, digo que serán la decepción en Brasil 2014. Al tiempo, chavales.