Por: Ángel Armando Castellanos | @aranha_azul
Tigres vivirá su noche más importante. Como hoy es casi imposible que tenga otra velada. Buenos Aires es el destino. El futbol mexicano exige una de las grandes hazañas de su historia. La historia es lo único cierto. Si los del 'Tuca' se olvidan de los errores cometidos por Cruz Azul y Chivas en esa misma instancia, difícilmente podrán cambiarla.
Dejar vivir al rival
Le pasó a Cruz Azul después del gol de Juan Francisco Palencia. Le pasó a Chivas después del festejo de Marco Fabián. El momento era suyo y tenían que liquidar a Boca Juniors y al Inter de Porto Alegre. Lo desaprovecharon y ahí empezó su debacle.
Falta de contundencia
En 2001 y en 2010 Oscar Córdoba y Renan fueron héroes. Los villanos se apellidaban Palencia, Cardozo y Marco Fabián. A Cruz Azul y a Chivas les faltó meterla. Tuvieron ocasiones y fallaron. Los penales y una remontada fueron el castigo.
No saber manejar la presión
Buenos Aires y Sao Paulo se cayeron para ver a sus equipos coronarse. El pánico escénico de los mexicanos no se manifestó. El problema fue cuando la hinchada y la torcida se volcaron para ver algo heroico. Entre eso y el gas pimienta (en Argentina) mermaron el rendimiento de Cruz Azul y Chivas. Que el Azteca y el Jalisco no pesaran como en cuartos y semifinales también fue factor determinante.
Caerse en el momento más importante
En el caso de Cruz Azul, los tiros desde los 11 paso lo condenaron. En el caso de Chivas, no sobreponerse a la avalancha de su rival se castigó con la derrota. Ninguno supo entender que ese instante era el ahora o nunca y lo pagó con medallas de plata en sus cuellos.
Equivocarse en el planteamiento inicial
José Luis Trejo apostó por un novel -y no tan creativo- Tomás Campos para suplir al agripado 'Matute' Morales en lugar de poner al experimentado Héctor Adomaitis. José Luis Real prefirió darle confianza a la eterna promesa, Omar Arellano, en lugar de colocar a Ulises Dávila. Ambos lo pagaron caro. Sus errores se manifestaron en falta de contundencia.