Los chavos que representaron a México en Barranquilla 2018 se van a casa después de un enorme fracaso. Mucho que cuestionarse y plantearse. Mientras tanto, las chavas se metieron a la semifinales donde enfrentarán a Venezuela. Aunque todavía no han asegurado un lugar en el medallero, sí demostraron que tienen una que otra lección que darle a sus hermanos.

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Pasar como las mejores

Charlyn Corral y compañía se la han partido en cada uno de sus juegos. Buscan ser las mejores en todo el sentido de la palabra. No se conformaron con pasar y ya. Quisieron demostrar que van a vencer a quien les pongan.

Humildad

Solo ha pasado poco tiempo desde que las chavas tienen una liga profesional en el país. Ellas mismas vivieron el proceso. Son agradecidas y humildes a la hora de vestir la camiseta por esa misma razón. Saben que por fin se les presentó una oportunidad para brillar. No la van a desaprovechar. 

Mentalidad

Ellas juegan, corren y buscan el gol. Ni una entrada fuerte, ni una caída estrepitosa las detiene. Están totalmente concentradas en su meta. Ya han pasado por muchas adversidades y ésas las hicieron más fuertes.

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Garra y corazón

Salen con todo. Quieren demostrar que están para cosas grandes. Juegan con los pies y el corazón. Tienen talento y garra. Así es como se llega lejos. 

Representar a México

Llevan el escudo de México en la playera y en el alma. Se saben favoritas, pero esa posición no la ocupan para jugar sobrado; al contrario, la utilizan a su favor para vencer a sus rivales. Van por el bicampeonato, lo que los hombres no pudieron lograr.

Ojalá los jugadores vean a sus hermanas y aprendan lo que ellas entienden: que lo que hacen es un regalo, pero sobre todo, un honor. ¡Gracias por su ejemplo, guerreras! 


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