Por: Ángel Armando Castellanos | @aranha_azul
Fue una noche triste para el futbol mexicano. De las más dolorosas. Se llegó con más expectativas que nunca. A cambio llegó la decepción. Jamás se había caído en una final de vuelta sudamericana de clubes sin marcar gol.
En la Copa Libertadores 2001 Cruz Azul ganó en tiempo regular con anotación de Juan Francisco Palencia. En 2005 Bruno Marioni marcó para Pumas en la Copa Sudamericana. En 2006 fueron Gabriel Caballero y Christian Giménez los responsables de darle la gloria al Pachuca y a México. Un año después en ese mismo torneo Cristian Díaz (autogol) y Juan Carlos 'Torito' Silva anotaron para el América ante el Arsenal de Sarandí.
México volvió a pelear por el título continental vía Chivas en 2010. La vistosa pirueta de Marco Fabián sirvió de poco para un Rebaño derrotado por el Inter de Porto Alegre.
Ahora Tigres ha sido protagonista de la final más dolorosa para el futbol mexicano. No sólo se cayó por una diferencia nunca antes registrada, sino que no hubo goles a favor. Lo irónico es que jamás se habían generado tantas expectativas. Ninguno de los anteriores finalistas invirtió tanto.
Notas relacionadas:
Suicidio felino en Buenos Aires
El acceso a la final de Libertadores requirió de huella digital