EL ITALIANO CRECIÓ SIN LA PRESENCIA DE SU PADRE PERO SU REENCUENTRO FUE UNA DE SUS MÁS GRANDES MOTIVACIONES
Después de la hegemonía de Usain Bolt en los 100 metros planos, Tokio 2020 regaló un nuevo campeón. El italiano Marcell Jacobs consiguió la medalla de oro y rápidamente todos los reflectores. Entre toda la atención, se conoció una de las historias por las que los Juegos Olímpicos son más que sólo pruebas deportivas.
Su padre, Lamont Jacobs, era un soldado del ejército estadounidense con quien su madre italiana se casó y mudó a Texas. Veinte días después de su nacimiento fue enviado a Corea del Sur, a donde no pudieron seguirlo y desde donde perdieron contacto con él. Su madre y él volvieron a Italia y comenzaron una nueva vida juntos.
Para Marcell fue un gran reto crecer sin su figura paterna y más por no saber quién era. Fue entonces que su psicólogo lo impulsó a buscarlo tras decirle “está en tu sangre y necesitas hablar con él para llegar a los Juegos Olímpicos y tal vez ganar”. Logró encontrarlo e iniciar un contacto con él, aunque seguía sin ser del todo fácil.
El ahora campeón olímpico confesó que comenzar la nueva relación con su padre era muy importante para él después de haber respondido “no sé” durante años cuando le preguntaban quién era. Empezar a hablar con él fue un importante factor para llegar a Tokio con una buena mentalidad, explicó.
Justo antes de la final en su prueba, Lamont Jacobs, envió un mensaje de aliento a su hijo para motivarlo a ir tras la medalla. “Puedes hacerlo, estamos contigo”, escribió de acuerdo con The Guardian. Ahora Jacobs podrá visitar a su padre en El Paso, Texas y llevar consigo un regalo de orgullo.