Por: Alfredo Alarcón Kádas
Lo lleva demostrando desde hace tiempo. No es nuevo su gran nivel dentro del futbol mexicano. Desde su regreso a Puebla, Matías Alustiza tomó el liderazgo y no lo ha soltado. Su gran actuación ante Querétaro lo reafirma.
Poco importó la presencia de Ronaldinho en el campo. El brasileño vio cómo su protagonismo era arrebatado por ese petiso enfranjado que solo necesitó dos momentos sublimes para inclinar la balanza. Dos potentes disparos, casi calca uno del otro, finiquitaron un duelo que en el papel lucía más nivelado.
Aun así, la suerte no estuvo siempre de su lado. El muslo derecho dio acuse de recibo ante tal desgaste. Sólo una contractura pudo detener al argentino irreverente que hizo del debut de Víctor Manuel Vucetich en el banquillo queretano una auténtica pesadilla.
Pero Alustiza no solo fue el único que supo levantar a la grada. Freddy Pajoy desató su demonio interior por la banda izquierda en más de una ocasión y regaló a la afición camotera un espectáculo que se complementaba perfectamente con las pinturas del nueve poblano.
Un duelo redondo para la dupla sudamericana. Una goleada sustentada en la calidad y eficacia, además de estar condimentada con picardía que da para pensar en un posible candidato al título. Sí, la “Franja” de José Guadalupe Cruz.