Christian Fuchs compartió para The Players Tribune cómo fue la emoción que vivieron cuando el Leicester City fue campeón de la Premier League, además de describir la temporada pasada.
“Jamie Vardy estaba teniendo una fiesta. No estoy hablando de la canción. Realmente estaba teniendo una. Fue el 2 de mayo del 2016, y si Tottenham Hotspur no vencía al Chelsea, ganaríamos la Liga.
Nosotros. El pequeño Leicester City.
Todos los chicos queríamos estar juntos si pasaba, así que Jamie nos invitó a su casa para ver el partido.
Toda la noche fue borrosamente emotiva, pero recuerdo un momento claramente. Algo que nunca olvidaré. Cuando estaba yéndome de casa para ir a la fiesta, regresé a la cocina, donde estaba mi esposa, y dije…
Le dije a mi esposa: 'Llegaré esta noche como campeón de la Premier League'.
Mi predicción no pareció muy inteligente en la mayor parte de la noche. Tottenham marcó temprano en el partido y marcó otra vez antes del medio tiempo. Fue divertidísimo porque, en el descanso, tenías a 22 chicos alrededor de la cocina de Vardy comiendo algo y bebiendo, y todos estábamos deprimidos. Hasta Shinji Okazaki. Y eso que siempre está sonriendo, incluso cuando llora. Hasta Shinji estaba triste.
Pero yo tenía una sensación. Sentía que Chelsea haría que algo pasara. Cuando el segundo tiempo arrancó, no me pude sentar. En el curso de un minuto, cambiaba de estar sentado a estar en el bar, a caminar en la casa y a beber algo mientras le gritaba a la TV.
Así fue por 58 agonizantes minutos.
Luego, Gary Cahill marcó para el Chelsea para poner el 2-1. Gary, hermoso hombre.
Yo gritaba: 'Vamos, chicos! Vamos, Chelsea!'.
Y grite por 20 minutos más. Los chicos estaban vueltos locos.
Después, en el minuto 83… Eden Hazard.
Eden Hazard: Wow. Gracias, hombre.
He visto fútbol desde que tengo 6 años de edad y nunca había visto un gol más hermoso. Cuando Hazard mandó la pelota al ángulo superior derecho, no lo podía creer. Era un tiro imposible.
El balón se fue al fondo de la red y… woow. Todos nos volvimos locos. La gente estaba saltando, platos de comida estaban volando y las bebidas se derramaron.
Ahora sí, Jamie Vardy realmente estaba teniendo una fiesta.
(Dos semanas después, cuando jugamos ante Chelsea en el último partido de la temporada, me acerqué a Hazard tras el silbatazo final y le dije: '¿Puedo besar su pie, señor?' Se rió).
Durante los últimos 10 minutos del partido, mi corazón estaba latiendo muy rápido. De alguna manera, recordé agarrar mi teléfono y grabar el momento, principalmente para que mi esposa y mis hijos pudieran verlo.
Cuando realmente había terminado, cuando sonó el silbato y éramos campeones de la Premier League… wow.
Algunos de los chicos estaban alistándose para irse a casa después de que todo se calmara, pero no pudieron. La voz se corrió de que estábamos teniendo una fiesta, y cientos de aficionados aparecieron, de repente, afuera de la casa de Jamie. Había reporteros y camionetas de TV al final de la calle transmitiendo en vivo. Era como los paparazzi de Hollywood. Recuerdo haber visto la TV con incredulidad porque las palabras en la pantalla eran: EN VIVO DESDE LA CASA DE JAMIE VARDY EN LEICESTER.
No en Manchester. No en Liverpool. No en Londres. En vivo desde Leicester Fuching City.
Ese fue el momento exacto en el que toda la historia se sintió increíble.
¿Están bromeando? ¿Realmente pasó? ¿Cómo llegamos hasta aquí?
Nunca esperé ser campeón de la Premier League, especialmente con Leicester. Como muchos probablemente saben, al inicio de la temporada, las casas de apuestas nos daban una probabilidad de ser campeones de 5,000-1. Una casa de apuestas puso mejores probabilidades a que se encontrara a Elvis Presley vivo. Literalmente.
Algunos de los que están leyendo esto, especialmente en América, probablemente están diciendo: '¿quién es Christian Fuchs?'.
Bueno, soy un jugador austriaco que comenzó a jugar a los seis años. Eventualmente, llegué a Inglaterra y me convertí en campeón de la Premier League. Fue tan fácil como eso. Nada más.
No. Sólo estoy bromeando, por supuesto.
En Austria, tú no sueñas con jugar la Champions League y ganar la Premier League. El dinero en el futbol no es tanto como en el extranjero. Esperas ser educado. Fui a la escuela de economía hasta los 21 años de edad, a pesar de convertirme en jugador profesional a los 17 años. Hice exámenes universitarios -como cualquier otro- y, al mismo tiempo, estaba jugando en la Bundesliga de Austria los fines de semana.
Esto me puso en situaciones graciosas. En onceavo grado, acababa de firmar mi primer contrato profesional con SV Mattersburg y, por supuesto, los maestros lo sabían. Así que, en el primer día de clases, el profesor más serio se acercó a mi escritorio y se puso sobre mí. Lo vi hacia arriba. Se inclinó y te juro que ésto fue lo que me dijo…
'Te voy a destruir'.
'Te voy a destruir. En verdad. Bienvenido a Austria'.
Lo miré como diciendo sólo puedo reírme de usted, señor.
En la cancha, era prácticamente el mismo ambiente. Mientras crecía, mi héroe era Didi Kühbauer. Había jugado en España y Alemania, y era una leyenda en Austria.
Cuando tenía 10 años de edad, Didi y la Selección de Austria jugaron un partido en mi pequeña ciudad, Wiener Nestadt. Recuerdo estar en una cerca viendo a los jugadores entrenar, y Didi se acercó. Metí las manos a través de la cerca. Una pequeña mano sostuvo la pluma y la otra agarró el papel.
'Mr. Kühbauer, ¿podría firmarme? Por favor'.
Vino y me dio su autógrafo. Ese pedazo de papel aún cuelga en la casa de mis padres.
Cuando firmé con el SV Mattersburg a los 18 años, ¿adivinen quién estaba jugando en el mediocampo? Didi Kühbauer.
Al principio, tenía miedo de hablarle porque tenía un carácter muy fuerte.
Era joven, así que constantemente tomaba malas decisiones en la cancha, y Didi me volteaba a ver y me decía: 'Apestas'.
Hubo un partido ante SC Ried, en el que tuve una actuación muy pobre. Llegué a la banda con el balón, y Didi estaba libre a mi lado derecho. Pero, en vez de pasarle el balón, decidí disparar.
Fallé el gol completamente.
Didi corrió hacia la línea lateral y le gritó al entrenador: '¿Por qué lo necesitamos a él? ¡Sácalo!'.
Estaba destruido. Y reaccioné sin pensarlo.
Y le dije: '¿Qué dijiste, idiota?'.
Le dije eso a mi maldito héroe.
Didi me miró y me grito: '¿Qué me dijiste?'.
Vi mi carrera a través de mis ojos.
Respondí: '¿Eh? ¿Qué? Nada! Nada, señor!”.
Me puedo reír de eso ahora, pero, honestamente, jugar con Didi fue una educación futbolística. Me convirtió en un jugador que pudo sobresalir en Alemania e Inglaterra, donde la presión es inmensa. Después de ir al extranjero para jugar en la Bundesliga de Alemania, escuché con algunos amigos de Didi que él siempre decía: 'Si un chico de Austria la puede romper es Christian'.
Nunca me lo dijo en la cara, pero creo que por eso me empujó tanto, para que me diera cuenta de mi potencial. Sus amigos me dijeron lo que le impresionó de mí, y no fueron mis habilidades…
Verán, en los entrenamientos, Didi y los jugadores de experiencia me entraban duro y yo caía al césped y me lastimaba.
Me lastimaba realmente. Ellos eran hombres. Y yo era un niño.
Pero cuando me levantaba, al siguiente minuto, ellos eran los que se caían al suelo.
Estaban sorprendidos porque me levantaba y los lastimaba.
Puede soñar extraño, pero ellos vieron que no le temía a los nombres. Sólo quería jugar fútbol y no me iban a intimidar.
Esa es la misma mentalidad que le permitió al Leicester City ser campeón de la Premier League.
La gente me pregunta: '¿Cómo ganaron la Liga? ¿Cómo lo hicieron?'.
Hubo muchas razones. Fue una temporada mágica. Pero no le temimos a los nombres. No nos importaba quiénes eran. No teníamos miedo.
Mucha de esa actitud es crédito de nuestro entrenador, Claudio Ranieri. Y créanme, nunca pensé decir eso.
De hecho, yo fui firmado por Nigel Pearson, el ex entrenador del Leicester, el 3 de junio de 2015. A final de junio, estaba en Antigua de vacaciones con mi esposa y mis hijos. Ahí pensaba: 'Ahhh, finalmente me relajo'. Estoy cansado de perseguir a los extremos por toda la cancha. Vamos a tener un buen día en la playa'.
Y, por supuesto, justo a tiempo, mi agente me marcó y me dijo: '¿estás sentado?'.
Le dije: 'Bueno, estoy en el bar bebiendo algo. Una bebida sin alcohol'.
'Pero, ¿estás sentado?'.
'No, ¿por qué?.
'Echaron a Pearson'.
'…………………… Hmmmmm'.
En el fútbol, cuando un nuevo entrenador llega, no tienes idea si entras en sus planes. Estaba en un nuevo país, con un nuevo club que apenas soportó el descenso la campaña pasada, y no sabía quién iba a ser mi nuevo entrenador. No era una buena sensación.
Así que fui al entrenamiento de la Selección de Austria en julio, y una mañana uno de mis compañeros me dijo: 'Hey, ¿sabes quién es Ranieri?'.
Dije: '¿Eh? ¿Está lloviendo (raining)?'.
Me respondió: 'No, es Claudio Ranieri. Leicester ha nombrado a Ranieri'.
Realmente no sabía qué pensar. Cuando firmé por el Leicester City, todos me lo describían como un equipo joven y divertido. Y ahora, este centrado y mayor entrenador italiano estaba incorporándose.
Todo lo que sabía era por lo que vi por TV. Así que, en el primer día de entrenamiento, me imaginaba a un señor de pelo canoso con anteojos, sin amor en su mirada, gritándonos.
Y después — ¿qué carajos? Está bromeando sin parar.
No confiaba en un principio.
Pensaba: '¿está jugando con nosotros?'.
No, no estaba. Claudio tenía fe en nosotros. Nos dio libertad. Una vez que la temporada comenzó y estábamos teniendo buenos resultados, no paraba de bromear.
Creo que Claudio se adaptó a la personalidad de nuestros jugadores. Sabía cómo reírse de sí mismo, lo que es raro para un entrenador de fútbol. Fue una buena lección para mí. Siempre tienes una imagen de las personas por la TV. Pero nunca puedes estar seguro de cómo son cuando la puerta se cierra.
Es lo mismo con los jugadores. Empezando la temporada, creí que pelearíamos por mantenernos en la categoría, como todos.
Pero, en el primer día de entrenamiento, este pequeño extremo llamado Riyad Mahrez me estaba haciendo de todo. Estaba como: 'vamos, ¿qué es esto? Día de suerte, creo'.
En el siguiente entrenamiento, lo mismo. 'Dios mio, este chico es brillante'. Puedo decir honestamente que es el jugador más duro que he defendido. La razón es porque es muy versátil con el balón en sus pies. Puede irse a la izquierda, puede irse a la derecha, a la izquierda, derecha, izquierda y derecha otra vez. Simplemente no sabes lo que va a hacer, y su inteligencia en espacio es remarcable.
Soy un humilde jugador austriaco, pero he jugado la Champions League ante extremos como Bale y Robben. Y reconozco cuándo veo a un jugador de clase mundial.
Después de la primer semana de entrenamiento, pensé: 'ok, por alguna razón, tenemos a un jugador de clase mundial en Leicester, quizá no descenderemos'.
Pero después comencé a conocer a otros jugadores. Vi al verdadero equipo: Robert Huth, Wes Morgan, Danny Simpson, N’Golo Kanté, Jamie Vardy y, por supuesto, Mr. Leicester City, Andy King.
Si revisas a cada jugador, la mayoría son sobras de los clubes grandes, jugadores que los clubes no quisieron más o jugadores que los clubes grandes nunca los quisieron en primer lugar. Todas estos restos se juntaron y formaron un equipo que se convirtió en campeón de la Premier League. Aún tengo problemas para creerlo.
La gente me pregunta cuándo supe que ganaríamos la Liga.
¿Cuándo vencimos al City en febrero? Ja. No.
¿Cuándo estábamos con 5 puntos de ventaja en marzo? No.
Recuerdo que le dije a mi esposa, cuando estábamos líderes de la tabla en abril: 'Sí, cómo no. '¿Ganaremos la Liga? Vamos…”.
Realmente no lo creí hasta que estaba parado frente a la TV de Jamie Vardy y vi el disparo de Eden Hazard entrar en la esquina superior del arco.
Volví a casa con mi esposa esa noche y le dije: 'Te dije que iba a venir como campeón'.
Estaba orgullosa. Otra vez, piel de gallina. Después de eso, todo fue borroso.
La próxima cosa que recuerdo fue caminar en el King Power Stadium para nuestro partido ante Everton. El gran Andrea Bocelli fue invitado por Claudio como nuestro invitado especial y cantó para nosotros 'Nessun Dorma' antes del juego. El trofeo estaba en el escenario rodeado de flores moradas y blancas. En medio de la aria, Andrea se quitó su sudadera y estaba vistiendo su camiseta del Leicester. ¡Como si fuera algo salido de la maldita WWE! Fue irreal. Estaba viendo alrededor y pensaba: '¿esto es un sueño? '¿Alguien puso algo en mi botella de agua?'.
¿Te imaginas qué clase de fiesta tendríamos si ganamos la UEFA Champions League? He estado en varios estadios ruidosos en mi carrera — desde Schalke 04, Dortmund y Madrid. Todos esos lastiman tus oídos, pero ninguno se compara con lo que se escuchó en el King Power Stadium el mes pasado, cuando el himno de la Champions League sonó y los aficionados se volvieron locos. Fue realmente especial.
¿Te imaginas si ganáramos la Champions?
¡Ja!
Nunca pasará.
Hay más posibilidades de que Elvis (Presley) esté vivo.
¿Verdad?”.