Las ausencias (Cesc, Diego Costa, Silva, Neuer, Boateng…) y la lluvia deslucieron el choque del vigente y el anterior campeón del mundo. España y Alemania lucharon entre ellos y contra unas condiciones que apenas dejaron que las cinco estrellas que ambas selecciones mostraban al mundo pudieran lucir sobre el césped de Balaídos. El que parecía empate a cero final resumía un partido en el que el mérito ya estaba en mantenerse en pie durante muchas fases del mismo, pero Kroos se empeñó en no dejar el marcador a cero y en demostrar que Alemania es la actual campeona.
El que iba a ser un partido que serviría para elevar el estado de ánimo de dos equipos que no han iniciado bien la temporada, terminó siendo un banco de pruebas para los dos técnicos. Jugadores como Morata, Bernat, Bellarabi, Mustafi o Nolito tuvieron la oportunidad de defender a su país y demostrar a Del Bosque y Löw que pueden contar con ellos.
Sin embargo, los que más partido ha sacado del choque entre los dos últimos campeones del mundo han sido Casillas, Piqué y Kroos. El primer ha recobrado ese ángel que mostró durante años y que le llevo a ser considerado como el mejor del mundo. Casillas ha vuelto y Götze lo pudo comprobar al ver como su disparo, el que parecía que iba dentro de la portería, se topó con la mano del madridista. Vuelve a ser ídolo.
El otro gran bendecido ha sido, sin duda, Piqué. El catalán ha jugado más en dos partidos con Del Bosque que en el último mes con Luis Enrique. España le quiere, el Barcelona no tanto. Piqué se mostró resolutivo y seguro, tanto ante Bielorrusia como ante Alemania. Problemas para Luis Enrique.
El centrocampista del Real Madrid ha sido el gran triunfador del partido entre el que fue y el que es campeón del mundo. La jerarquía de su fútbol ya no deja lugar a duda alguna. Ante España mandó y remató en el momento justo. Nada qué decir pese a que su gol quizás premia demasiado a la Alemania campeona y deja un poco tocado a una España que parecía sacar cabeza.