El boxeador mexicano Julio César Chávez es reconocido como uno de los más grandes de la historia de este deporte en México. Su habilidad en el ring y su capacidad para emocionar a la audiencia lo han convertido en un ícono del boxeo a nivel nacional.

Sin embargo, su camino hacia la grandeza estuvo plagado de obstáculos, principalmente debido a sus problemas de adicción que afectaron tanto su carrera profesional como su vida personal.

El comienzo de su adicción a las drogas

El desencadenante de estas adicciones, según reveló recientemente el propio “César del boxeo” en una entrevista con Adela Micha, fue una pelea en particular: su enfrentamiento con el famoso boxeador Macho Camacho. Esta batalla se convirtió en uno de los eventos más mediáticos en la historia del boxeo mexicano.

Después de su victoria en Las Vegas, con todo el dinero y el reconocimiento del mundo a sus pies, Chávez se sintió invulnerable. En sus propias palabras, “se le hizo fácil“.

La soledad, su peor enemiga

Con millones en su cuenta bancaria, su avión privado, yates y propiedades en diferentes destinos paradisíacos como Acapulco y Puerto Vallarta, Chávez comenzó a sentirse abrumado por la soledad y el vacío interior. En ese momento, decidió probar las drogas como una forma de evasión y consuelo. Sin embargo, esta elección imprudente solo le trajo más problemas y desdicha.

El ingreso a las drogas marcó el comienzo de la caída de JC Chávez. En el ring, experimentó derrotas dolorosas, y su vida personal se desmoronó. Su esposa lo demandó debido a su comportamiento violento y su adicción a las drogas.

Julio César Chávez sufrió problemas legales

Además, enfrentó problemas legales y demandas de Hacienda por una suma considerable de dinero que nunca recibió. Incluso su relación con el promotor Don King se vio afectada, llevándolo a sentir que el mundo estaba en su contra.

A pesar de estos obstáculos, Julio César Chávez ha luchado arduamente por superar sus adicciones y ha logrado mantenerse sobrio durante aproximadamente una década. Sin embargo, la batalla no ha terminado para él, ya que ahora enfrenta el desafío de ayudar a sus propios hijos a enfrentar sus propias adicciones, una tarea que resulta igualmente desafiante y dolorosa.