Jorge Luis Borges, el rival más grande del futbol  

Por Gerardo Gómez

A DON BORGES SE LE PASABA LA MANO CON LAS DURAS CRÍTICAS QUE LE TIRABA AL FUCHO

Jorge Luis Borges es considerado uno de los más grande escritores latinoamericanos de todos los tiempos, nació un 24 de agosto de un lejano 1899 y siempre tuvo pleito casado con el deporte más lindo del mundo. Borges no era un amante de los deportes y de estos, el futbol quizá era uno de los que se encontraba en los niveles más bajos para su gusto y siempre le atizó con mucha crudeza. 

Cada que podía, Jorge Luis le aventaba uno de sus dardos más venenosos al futbol, en uno de ellos llegó a comentar que éste es popular porque la estupidez es popular, o cuando dijo que 11 jugadores contra otros 11 corriendo detrás de una pelota no son especialmente hermosos. Para el argentino, el fucho despertaba las peores pasiones y no le gustaba la idea de que hubiera un ganador y un perdedor, existiendo una supremacía de poder.

Aunque el escritor argentino mencionó que nunca había visto un partido en su vida, la verdad es que estuvo presente en un Argentina vs Uruguay en el Monumental de River. Borges y Enrique Amorim solo estuvieron 45 minutos en el partido y ambos salieron creyendo que había terminado, mientras se retiraban les mencionaron que solo era el primer tiempo, pero era suficiente para los dos escritores y donde cada uno había deseado que ganara el país del otro, además, nunca supieron el marcador de ese partido. 

Otro pasaje curioso se dio en el Mundial del 78, Borges se dio el lujo de dar una conferencia sobre la inmortalidad a la misma hora que la Albiceleste debutaba contra Hungría. De manera increíble ambos recintos se llenaron. Jorge Luis Borges aborreció tanto el futbol que incluso lo fastidió el día de su muerte. El escritor dejó de existir el 14 de junio de 1986, en plena disputa del Mundial de México donde curiosamente, lo ganaría Argentina.

Guiño al Futbol

Nadie se puede resistir al deporte más lindo del mundo y esto le pasó a Jorge Luis, que junto a su amigo Adolfo Bioy Caseres, escribió un cuento llamado Esse est percipi, en el que el futbol es es el centro de la historia. El protagonista Bustos Domeq es informado por un dirigente de una alarmante realidad: El último partido de futbol se jugó el 24 de junio del 37.

El breve cuento trata de una persona que se da cuenta de la desaparición del estadio Monumental en Buenos Aires, se dedica a investigar y al final llega a las oficinas del club donde descubre la gran verdad del futbol, que no es otra que el engaño: ya no se disputan partidos de fut, simplemente se narran por la radio.