El romance blue llegó a su fin. Primero fue Didier Drogba, luego Frank Lampard, después Petr Cech y hoy es John Terry. La base que hizo al Chelsea un club importante desaparece de Stamford Bridge. Su legendario capitán anuncia su salida.
“No va a ser un retiro de cuento de hadas, no me voy a retirar en el Chelsea”, afirma categóricamente. No dejará dinero en la institución. Su contrato se acaba al final de la temporada y no va a renovarlo. “Lo he aceptado mentalmente y hay que mirar hacia adelante”, insiste.
Tomó la determinación antes del partido contra el Arsenal. Ahí entendió que “el equipo se está moviendo en otra dirección”. Cada vez se siente menos importante. Tiene 35 años y no sabe si el entrenador que releve a Guus Hiddink contará con él.
Aunque le duele no poder irse como quería, advierte que su profesionalismo no es negociable. “Siempre lo doy todo por el club y seguiré haciéndolo”, explica.
Adelanta que los seguidores del Chelsea no lo ovacionarán cuando vuelva a jugar en Stamford Bridge. Deja al equipo con el que debutó en octubre 1998 y a la Premier League. No quiere estar ahí con otra institución que no sea ésa.