Por: Marco Malvido
Mientras el Ministerio Público y la Policía Federal continúan la búsqueda de los 43 normalistas de Ayotzinapa desaparecidos, la Procuraduría General de la República (PGR) envió para su análisis, los posibles primeros restos de los normalistas encontrados a Innsbruck, Austria, ciudad donde yacen vestigios de una de las selecciones de futbol más recordadas de los últimos tiempos, la selección española.
Los restos humanos que la PGR encontró en Cocula, Guerrero, después de que dos detenidos declararon que asesinaron y calcinaron a un grupo de más de 40 personas, serán identificados en Innsbruck con pruebas mitocondriales, utilizadas en medicina forense para el reconocimiento de restos con alto grado de degradación, dañados o encontrados en cantidades muy pequeñas.
La prueba de ADN mitocondrial (ADNmt) consiste en el análisis de la información genética que cada individuo hereda únicamente por la madre y que está contenido en la mitocondria, el órgano encargado del suministro de energía para la actividad de cada célula del ser humano.
La minuciosa tarea de identificación se realizará en el Laboratorio Central de ADN de Austria (Austrian Central DNA Database Laboratory), que en los últimos 17 años ha resuelto 8 mil crímenes a través de pruebas forenses de ADN, y reconocido a víctimas de nueve países.
RESTOS FUTBOLEROS
A escasos tres kilómetros del laboratorio donde se analizarán los restos enviados a Innsbruck, se encuentra el estadio Tivoli Neu, recinto donde aún se puede respirar la prolijidad de la selección española que, justo ahí, comenzó el camino a su más grande hazaña: el triplete Euro 2008 – Mundial 2010 – Euro 2012.
Fue en Innsbruck donde Cesc Fábregas hizo su primer gol con la selección española en el mismo partido en el que David Villa anotó por primera vez un Hat–trick como seleccionado, el 10 de junio del 2008 en el debut de la Euro contra Rusia ante 30,772 espectadores.
Movilidad en el medio y dinamita arriba para abrir el muro. Con un partidazo de Xavi y un festival de Villa y Torres. Así comenzó la España de Luis Aragonés su camino rumbo a la conquista europea.
Cuatro días después, Innsbruck vivió uno de los partidos más emocionantes del 2008. España se medía a la Suecia de Ibrahimovic y el resultado fue un 2-1 con goles de Torres, ‘Ibra’ y Villa, quien sentenció el duelo en el último minuto del tiempo de compensación.
Fue en Innsbruck donde España comenzó a rodar rumbo a la cima del orbe balompédico. Los triunfos sobre Rusia y Suecia fueron la piedra angular para la transformación de un equipo que siempre fue candidata, pero que nunca había ganado nada.
La química creada entre España e Innsbruck fue tal, que dos años después, Vicente del Bosque eligió esa pequeña ciudad para iniciar la concentración con destino al Mundial de Sudáfrica.
Hoy México está al pendiente de lo que suceda en esa apacible ciudad que año tras año recibe restos de todo el mundo para su estudio forense. La misma ciudad donde yacen los rastros iniciales de una selección que ya no volveremos a ver, como lo dijo Busquets.
Es Innsbruck, la ciudad de los vestigios.