Por David Niño
La Copa Libertadores está de regreso. Se trajo con ella el mejor festejo en la historia del torneo. Fue protagonizada por el jugador charrúa Maximiliano Freitas, quien celebró su gol de manera eufórica cerrándole la boca a sus haters.
Solo bastaron dos minutos de juego para que el Tanque tocara su primer balón y anotara el segundo gol de su equipo, Oriente Petrolero. ¡Brutal arranque! El golecito le cayó como anillo al dedo debido a que no atravesaba buen momento. El técnico había modificado su formación y Maxi tuvo que calentar banca durante los primeros 45 minutos y parte del segundo tiempo.
Además de asegurar el triunfo, lo más emotivo para su causa fue la celebración. El uruguayo se saltó los anuncios publicitarios y se metió a la camioneta Toyota que se encontraba detrás de la portería como parte de la mercadotecnia aplicada por la marca del certamen.
Un hecho que le dio la vuelta al mundo. Dicho festejo le trajo como consecuencia una tarjeta amarilla. Pero lo contento, ¡nadie se lo quita!