Uno de los principales platillos a degustar en el partido de las estrellas de la MLS era el que ofreciía el Dios Zlatan Ibrahimovic, pero para su mala fortuna, no podrá estar presente porque así lo ordena el reglamento.

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Una norma ordena que por el hecho de ya haber jugado tres cáscaras en la semana con todo y viajes, es por eso que se debe quedar en casa a ver el juego.

Tanta arrogancia al fin le jugó chueco, para colmo, igual se perderá el siguiente partido de liga ante Colorado Rapids. Ibra se sintió decepcionado al saber esa decisión, quería jugar contra su ex novia la Juventus.

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