Por Luis Tinoco
Hace tres años colgó las botas, pero no fue de manera definitiva. Pablo Aimar saltó de nueva cuenta a una cancha para ahora sí decir adiós al futbol. Lo hizo con Estudiantes Río Cuarto, equipo con el que jugó en la infancia.
Esta vez lo hizo al lado de su hermano, con su padre y Marcelo Bielsa, técnico que lo dirigió en la selección, viéndolo desde la tribuna, junto a toda una afición que fue a despedirlo.
Se va uno de los futbolistas más talentosos de Argentina en los últimos años, salido de la academia de River Plate, junto con otros jóvenes que pronto partieron a Europa como Marcelo Gallardo y Javier Saviola.
En Valencia fue parte de un plantel que logró ganar dos ligas de España y llegó una final de Champions League. Aimar era un jugador que marcó una época en los cinco años que jugó con el equipo che.
Con la albiceleste ganó un Mundial Sub-20 junto con uno de sus mejores amigos en el fucho, Juan Román Riquelme. También tuvo la oportunidad de ir a dos Copas del Mundo y llegar con Argentina a la final de la Confederaciones de 2005 y Copa América de 2007.
Se retira uno de los últimos 10 de esta generación. Un jugador carismático, rápido y muy habilidoso, que siempre respondía en la cancha. Ayer el Payaso dio su última exhibición en donde todo empezó.