Por: Raúl Garrido
Corría el minuto 82 y Cristiano Ronaldo se iba expulsado del partido en Córdoba, el resultado parcial era 1-1. Minutos después, siete para ser exactos, Gareth Bale marcaba el gol del triunfo para el Real Madrid, lo hacía desde los 11 pasos y con mucha fortuna. El galés no se imaginaba que ese sábado 24 de enero del 2015 sería el último en ver la red, hasta nueve partidos después.
Siete partidos de Liga y dos de Champions League en blanco. Casi 900 minutos sin marcar, y eso para un delantero es fatal, el atacante vive del gol. Por eso cuando Gareth Bale abrió el marcador contra el Levante en el Santiago Bernabéu explotó en júbilo. El festejo ya creo polémica, el extremo se tapó los oídos y luego pateó el córner. Las críticas, silbidos e insultos que ha recibido en los últimos partidos han sido demasiados.
Se dice que Bale es hombre de Florentino, fue él quien lo llevó a Madrid por más de 100 millones de euros, hasta ahora el fichaje más caro de la historia superando a Cristiano. Pérez espera que el zurdo remplace a Ronaldo, como alma y goleador del equipo, a futuro. La prensa cuestionó mucho la presencia de éste en el 11 titular, incluso fue señalado como capricho del Presi.
Este doblete le viene bien a Gareth Bale, pero sobre todo le cae de maravilla al Real Madrid una semana antes de ir al Camp Nou a jugarse La Liga contra el Barcelona, donde el exTottenham tendrá que revalidar su condición de goleador.