Por Santiago Eduardo
La última vez que el Puebla ganó la máxima presea de nuestra gloriosa Liga MX fue en la temporada 1989-90. Sí, ya llovió. En aquella ocasión con Manuel Lapuente como director técnico y jugadores como Carlos Poblete y Javier Chícharo Hernández derrotaron a los Leones Negros para alzarse campeones de liga por segunda vez.
Después de eso, todo se vino abajo, de pelear campeonatos, pasaron a la Liga de Ascenso dos veces (1999 y 2005), triste ¿no? El problema persiste, después de ascender en el 2007, han peleado más veces por no descender que por liguillas o campeonatos.
Hasta hace unos meses la Franja no tenía ni pies ni cabeza, los directivos apostaron por darle la oportunidad al Chiquis García y los malos resultados apestaban de nuevo un posible descenso de los poblanos.
Es por eso, que los directivos tomaron la decisión de darle las gracias a Rafa después de la derrota contra el Atlas en la jornada 11 del Clausura 2017 y traer a un viejo lobo de mar, a un experimentado en todo tipo de casos, hasta en descensos -salvó a Morelia en la 1995-96-, hablamos del multicampeón Enrique Meza.
Si bien, en los primeros partidos del Ojitos con el Puebla no se vio para nada bien, este inicio del Clausura 2018 ha sido prometedor, le ha dado un estilo de juego al equipo que es lo mas importante y lucen fuertes.
Ocupan la sexta posición general con 12 puntos, los camoteros han sido imbatibles en casa, de cuatro partidos que han jugado en el Cuauhtémoc, los cuatro los han ganado -Tigres, Veracruz, Chivas y Toluca-.
Entonces mis juanáticos, ¿Será que el Ojitos Meza acabe con 28 años de sequía de la Franja? Hasta ahora es una incógnita, falta mucho por jugar. Pero la trayectoria, el palmarés y sobre todo la experiencia que tiene el entrenador, respaldado con jugadores como Moisés Muñoz, Cavallini como goleador y la magia de Chumasteiger, no descartemos una sorpresa de los poblanos para este torneo. Tienen todo para convertirse en el caballo negro que incomodaría a cualquiera, sino pregúntenle al actual campeón.