Por Chris Angeles
Chavales, hay una muy delgada línea entre la libertad de expresión y un discurso de odio. Aquí en nuestro país aún gozamos -en la medida de lo posible- de libertad a la hora de expresarnos cada que vamos a la cancha. Se les recuerda con singular alegría a su progenitora a jugadores, árbitros y entrenadores. Nadie se escapa del folclore mexa.

Pero a veces, quizá en el país se vive un descontento social generalizado, la pandilla no está a gusto en cómo sus gobernantes toman las riendas y se hacen escuchar de una y mil maneras. Justo eso se está viviendo en la tierra de Messi.
Gran parte de la población no está de acuerdo con el presidente Mauricio Macri y pues en las tribunas ya se hicieron notar; hinchadas de Independiente, San Lorenzo, River y hasta Boca, le han recordado al Preciso que no es visto con buenos ojos.
¿Nada que no se vea en un estadio mexicano, cierto? La bronca aquí radica en que el Sindicato de Árbitros Deportivos de la República Argentina (SADRA) está evaluando si cada que suceda esto es viable que el partido en cuestión se vea suspendido. Medidas bastante extremas.
¿Censura? ¿Libertad de expresión limitada? El movimiento barrabrava en Argentina es muy radical y no se andan con medias tintas. Las cosas se están poniendo pesadas y más cuando las autoridades creen que evitar esos comentarios hacia el presidente son la solución. Ya veremos en qué acaba esta historia.
Analizan suspender los partidos cuando insulten al presidente Mauricio Macri https://t.co/FXM7jl4Oeu pic.twitter.com/Pn5caEgVuN
— Clarín (@clarincom) February 27, 2018