Emocionante empate entre Cruz Azul y Atlas

Cruz Azul no soportó jugar con 10 hombres durante una hora, así que después de ir adelante terminó con un amargo empate contra un Atlas que los dominó en la segunda mitad. El estilo defensivo de Caixinha no funcionó en esta ocasión, pero las buenas noticias son que siguen invictos.

Inicio aburrido

Un partido digno de noches mágicas de Copa MX, aburrido desde el comienzo y con pocas opciones para ambos equipos, provocado por las alineaciones alternativas de ambos. Por suerte desde que se cumplió la media hora de juego las emociones llegaron.

¡No te vayas chavo!

Misael Domínguez se fue a bañar al 28' cuando en una jugada dividida estiró la pierna de más y planchó al rival de una manera casi espantosa. El juvenil mostró su novatez en un partido importante para él.

Llegó la Ley del ex

En la jugada siguiente después de la expulsión apareció Roberto Alvarado por la banda para quitarse a dos con un solo movimiento, después mandó el centro a la olla y ahí encontró a Milton Caraglio que fusiló con un gran cabezazo y se guardó la celebración para otra ocasión.

Sigue Alvarado

Este muchacho es un auténtica joya, cinco minutos después de su asistencia se encargó de clavar el segundo; tuvo libertad en el área, al llegar el defensa lo recortó como deus para después definir cruzado. Hasta parecía que los Zorros eran los que tenían 10.

Descuento antes del final

Justo antes de acabar el primer tiempo Raúl Rivero se coló hasta la cocina para hacer el descuento e irse con las aguas más calmadas al vestidor. Guillermo Allison cooperó con una mala salida y el rebote del balón.

¡Aquí no atlas!

Casi al inicio del segundo tiempo el Atlas replicó la misma de Cruz Azul, pero con la diferencia de que estos no se supieron posicionar. Un cabezazo letal en el que Allison no pudo hacer nada, solo pedir el offside. 

Fantasmas al acecho

Parece que el fantasma de las cruzazuleadas se asomó y todo por jugar con equipo alternativo, Rivero otra vez vacunó a los azules con todo y polémica incluida. Un cabezazo en el que el portero azul otra vez no pudo hacer nada más que malabarear e intentar engañar al árbitro.