Por: Ángel Armando Castellanos | @aranha_azul
Hace poco más de un año estábamos quejándonos. Más de uno insultó al árbitro de todas las formas posibles. Hoy hay voces que se refieren de forma despectiva al colegiado. Sí, las hay y están en México.
Resulta alentador notar que -al menos por malinchismo- haya quienes estén molestos por el triunfo de México. No sólo son los costarricenses quienes se sienten robados. Varios mexicanos también se manifiestan en contra del colegiado.
Más allá del evidente error del silbante, vale la pena rescatar el cambio -por mínimo que sea- en la mentalidad del mexicano. Ya no se trata de ganar al “Haiga sido como haiga sido” -frase que inmortalizó el poco célebre ex presidente Felipe Calderón. El asunto es hacerlo limpiamente.
Para el eterno debate quedará el que México haya o no jugado bien. El árbitro se equivocó. Esta vez fue a favor. Esta vez hay un reconocimiento de que la victoria llegó gracias a eso.
Atrás quedan las frases de “ese no es nuestro problema” “siempre se equivocan en nuestra contra, con esta compensamos” y demás que sólo demuestran la mediocridad de muchos compatriotas. Hoy hay sentimientos encontrados. Entre la alegría del triunfo y el remordimiento de las formas aparece una luz de esperanza.
Imposible saber si se trata de actitudes moralinas o de un cambio real en la cabeza de muchos mexicanos. Más allá de la victoria, es momento de aplaudir la reacción honesta, limpia y leal que muchos tuvieron. De eso y de ponerse a pensar en Panamá…