Lo que pasó antes del partido, manchó todo lo que pudiera suceder en la cancha. La neta el juego estuvo malito y fue difícil escoger al que la rompió más que todos, pero por influir directamente en el marcador, se lo damos al buen Trapito Barovero.
El primer tiempo prácticamente se dedicó a despejar de meta por las llegadas sin mayor peligro de parte de Tigres. Para la segunda parte las cosas no cambiaron mucho, le llegaron una vez claramente y con un atajadón mantuvo el cero en su portería ante un remate de Juninho.
Esa jugada mantenía el cero en el clásico norteño y cuando los del Tuca se quedaron con 10, cobró más valor porque Rayados se metía de lleno al partido a pesar de que únicamente se había dedicado a defender. Al final el arquero argentino fue clave para que su equipo sacara un punto en un triste episodio en la historia de esta rivalidad.
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— Rayados (@Rayados) September 24, 2018