Por: HRJ
Insólitos acercamientos a los protagonistas de la Liga Mx. ¿Cuáles son sus vicios y defectos?, ¿cuáles sus talentos y manías?, ¿son estables sus piernas o tienden a la demencia? La mirada en estos perfiles está puesta en todo aquello? bello o siniestro? que los futbolistas hacen a pesar de sí mismos, casi sin darse cuenta.
Nahuel es un portero que no tiene vergüenza. La osadía es fin y principio en su vida deportiva. Es osado hasta el heroísmo; es osado hasta el ridículo. Repudia la solvencia; evita las soluciones típicas. Le apuesta al riesgo sin importar la circunstancia. Su fascinación por lo extremo resulta pueril y narcisista: “sea como sea yo tengo que sobresalir, ¿bufón o salvador?, da igual mientras yo sea el foco de atención”. Es atrevido hasta provocar asombro; es atrevido hasta parecer estúpido.
Cuando su equipo ataca, Nahuel se adelanta hasta poco antes de la media cancha; si de pronto se le viene encima un contragolpe, su instinto es correr hacia el rival, no retroceder. Y Nahuel lee bien las intenciones ajenas; anticipa sin contratiempos. El problema es que en su naturaleza de aventurero insensato no existe la posibilidad de reventar el balón: sería una salida demasiado fácil y aburrida. Nahuel está obligado 'obligación que se ha instalado en su alma con la contundencia de un mandato divino' a ser diferente, incluso en situaciones límite, ajenas a sus posibilidades.
Es un portero alto (1.92) y pesado (¡96 kilos!) que arrastra la condena de ser torpe con las piernas: controla mal, no sabe fintar, es lento y 'salvo fierrazos de 40 metros a balón parado' desconoce cualquier otra forma de golpear el balón. Pero dentro de su cabeza, Nahuel es hábil, gambetero, ágil y técnico. Y ahí 'en el trágico abismo que se abre entre la realidad y su fantasía', protagoniza todo tipo de lamentables escenas sobre incapacidad, desfachatez, necedad y soberbia.
Extraigamos al azar una imagen reciente de sus indignantes paisajes de osos y pifias. Jornada 6 del Clausura 2016. Tigres vs Tijuana. Minuto 61. Los Tigres desbordados al ataque a punto de empatar con 10 un partido que pierden por uno. Balonazo inofensivo que Nahuel, dos metros afuera del área grande, puede despejar de cabeza, pero no: decide brincar y bajarla de pecho; mete mal el pecho, el balón se le va hacia atrás y el delantero que lo acecha 'Dayro Moreno' marca el segundo con la portería vacía.
Estamos ante el más grande payaso de la Liga Mx. Pero en el futbol los payasos resultan invaluables: hacen reír y garantizan espectáculo.