De Juan Rodríguez
Los blues no saben lo que dejaron ir. Estamos hablando nada más y nada menos que de Mohamed Salah, el jugador de Egipto que la está rompiendo en la Premier League.
Inició en el Al Mokawloon al-Arab de Egipto, participó en La Copa Mundial Sub-20 y los Juegos Olímpicos del 2012.
En ese año inició su despunte, tuvo la oportunidad de jugar en el FC Basel, fue campeón en Suiza y galardonado como el Futbolista del año en África. Dos años después llamó la atención en Londres y el Chelsea se hizo de sus servicios por 16.5 millones de euros aunque no disfrutó de muchas oportunidades.
Al no tener cabida en el equipo de Mou, decidieron cederlo a la Fiorentina, donde anotó seis goles y dio una asistencia en los primeros siete partidos. Estaba haciendo bien las cosas a sus 22 años.
En verano del 2015 fue nuevamente cedido, ahora a la Roma donde se convirtió en el máximo goleador del club. Su velocidad y su olfato goleador fueron suficientes para que el equipo de la loba pagara una cláusula de 15 millones de euros, un millón menos de lo que pagó Chelsea por él, tres años atrás. En la siguiente temporada mejoró su números, mojó 15 veces y dio 11 asistencias, aun cuando disputó menos partidos.
En julio de 2017 el Liverpool soltó 42 millones de euros, para regresarlo a Inglaterra ¡Vaya que fue un buen negocio! Es uno de los jugadores con mayor peligro para Jürggen Klopp, Salah se ha convertido en una pieza importante para el club. Ahora lidera la lista de goleo sin ser un punta natural.
Con Egipto fue clave para que se clasificaran al mundial, marcó 11 goles en la eliminatoria y el más valioso para los faraones, el de último minuto contra Congo para clasificar al mundial. No deberíamos perderlo de vista, porque seguro dará mucho de qué hablar en Rusia 2018.